Andrei Borovikov ha sido declarado culpable de producción y distribución de pornografía tras compartir en redes sociales el vídeo musical de Rammstein, “Pussy”. La sentencia del Tribunal del Distrito de Lomonosovsky se ha dictado hoy (29 de abril), y se cree que tiene una motivación política, ya que Borovikov trabajó como coordinador del activista anti-Putin encarcelado, Alexi Navalny.

Borovikov supuestamente guardó el clip “Pussy” en la sección de “vídeos” de su cuenta personal de VKontakte (el equivalente ruso de Facebook) en 2014. El vídeo musical pornográfico, publicado en 2009, muestra escenas de sexo sin censura con las cabezas de los miembros de Rammstein superpuestas a los cuerpos de actores de cine para adultos.

La BBC señala que cientos de reposts del video “Pussy” permanecen en VKontakte; y que no pudieron encontrar ningún otro caso de usuarios de VKontakte que hayan sido acusados penalmente por compartir dicho vídeo.

Borovikov se declaró inocente de los cargos y señaló la probable parcialidad de los testigos en su juicio, al tiempo que expresó sus dudas sobre la cualificación de los supuestos expertos.

Hoy, Borovikov ha sido condenado a dos años y medio de prisión por compartir el vídeo de Rammstein. Los fiscales inicialmente habían solicitado una condena de tres años en una colonia penal de alta seguridad.

Borovikov fue anteriormente coordinador de la sede regional de Alexei Navalny. Como líder del partido Rusia del Futuro y miembro fundador de la Fundación Anticorrupción; Navalny intentó presentarse como candidato a la presidencia contra Vladimir Putin en las elecciones de 2018, pero la comisión electoral rusa se lo impidió debido a sus condenas penales anteriores.

En 2020, Navalny estuvo hospitalizado durante un mes tras ser envenenado con un agente nervioso Novichok. Actualmente, está encarcelado en una colonia de trabajo correctivo, y múltiples informes afirman que el activista ha sido sometido a torturas por las autoridades rusas.

“Es evidente que Borovikov está siendo castigado únicamente por su activismo, no por su gusto musical”, afirma Natalia Zviagina, directora de la oficina de Amnistía Internacional en Moscú.

“Las autoridades rusas deberían centrarse en invertir la espiral de la crisis de derechos humanos que han creado, no en idear nuevas formas absurdas de perseguir y silenciar a sus críticos”.

Vía Radio Free Europe.