Tal parece ser que Robert Smith y The Cure han fijado un precedente lo suficientemente solido para que otros les sigan. En su próxima gira, Queen ha anunciado medidas similares a las de The Cure, para evitar que los revendedores lucren con las entradas de sus shows.

El próximo 4 de octubre, Queen + Adam Lambert regresarán para otra ronda del ‘Rhapsody Tour’, espectáculo que han estado presentando desde el 2019, tras el éxito de la película del mismo nombre.

Platicando con USA Today, el guitarrista Brian May aseguró que les molesta ver cómo sus fans son estafados por los revendedores y que, a través de esta política, esperan hacerlos sentir “cuidados”.

Nos molesta el hecho de que los fans se vean estafados por gente que vende y compra entradas únicamente para revenderlas. Esperamos que los fans sientan que intentamos cuidarles de esa manera”.

El vocalista Adam Lambert añadió:

“Mira, la economía no está en el mejor momento. Queremos a nuestros fans y queremos que todo el mundo pueda venir y pasárselo bien”

El grupo está colaborando con el proveedor de entradas de cada uno de los recintos de la gira para restringir la posibilidad de transferir boletos. Se han establecido algunos límites para quienes compren entradas y ya no puedan asistir (Ticketmaster’s Face Value Exchange permitirá la venta al precio original).

Esta política entrará en vigor en todos los mercados excepto en Nueva York, Illinois y Colorado, donde las leyes prohíben a los artistas restringir la transferencia de sus entradas únicamente en intercambios personales.

https://twitter.com/QueenWillRock/status/1639235615542714371

Recientemente, The Cure se enfrentó a Ticketmaster y a los revendedores, luego de que su intento por propiciar una venta de tickets más justa se viera estropeada por la boletera.

Pronto, The Cure saldrá de gira con Shows of A Lost Word. En redes sociales, la banda anunció una serie de dinámicas para acabar con la mafia de los revendedores que incluía boletos únicos e intransferibles, además de la introducción del sistema Face Value Exchange.

Sin embargo, el terreno ganado trató de ser despojado a través de los cargos por servicio, que incluso superaban el valor nominal del propio boleto.

Sin embargo, gracias a la presión ejercida por el propio Robert Smith, Ticketmaster aceptó que sus tasas eran muy altas. Ofrecieron compensaciones de $10 y $5 dólares, además de ajustar sus tarifas.