Foto vía Stemgenex.com.

Foto vía Stemgenex.com.

¿Alguna vez se han preguntado por qué les gusta la música que les gusta? ¿Qué hace que prefieran el rock al country, por ejemplo? Y, ¿qué hace que sus gustos musicales sean diferentes a los de otros? La respuesta lógica sería afirmar que se trata de algo contexual; que depende de nuestras experiencias, lo que hemos vivido y a lo que hemos estado expuestos, sin embargo un nuevo estudio científico podría dar otra respuesta a estas preguntas.

El estudio en cuestión, fue publicado en el Frontier in Behavioral Neuroscience y afirma haber localizado la parte del cerebro que determina el gusto musical de cada persona. Pero esto no es todo, los científicos también han descubierto cómo estimular dicha zona para cambiar las preferencias musicales de manera instantánea.

Para llegar a estas conclusiones, se tomó el caso del “Señor B.” como punto de partida.  Todo comenzó así: el Señor B. sufría de un trastorno compulsivo, para tratarlo un grupo de doctores anexó un implante eléctrico a su cerebro. Tras este procedimiento, el Señor B. accidentalmente escuchó una canción de Johnny Cash en la radio y de pronto se convirtió un ávido fan de esta leyenda country (vale mencionar que hasta antes de su operación, el Señor B. no era fan de este músico o de ninguno en realidad, digamos que la música en general le era un tanto indiferente y lo más cercano que tenía a una banda preferida era The Rolling Stones). Pronto el Señor B compró todos los discos de Cash y los escuchaba sin parar, siempre con el mismo placer. Esto hasta que, un buen día, a su implante eléctrico se le acabó la batería y descubrió que sin éste funcionando sus viejos gustos musicales regresaban. Es decir que Johnny Cash le volvía a ser indiferente.

Con la ayuda de este experimento los científicos descubrieron que la música tiene influencia en el circuito de recompensas del núcleo de accumbens (NAcc), incluso cuando no hay una recompensa explícita. El caso del Señor B. demuestra que el NAcc está involucrado en el sistema de preferencias musicales gracias a la observación de los resultados que generados por los estímulos eléctricos. De modo que al estimular esta parte del cerebro se podrían cambiar las preferencias musicales de cada persona.

Actualmente el Señor B. continúa escuchando exclusivamente canciones de Johnny Cash.

Últimamente la ciencia ha estado muy al tanto de la música y sus escuchas, prueba de esto es el reciente estudio que demostró que los bateristas son las personas más listas y felices del mundo. Para saber más sobre este último estudio den click en este enlace.