Texto: Marisol Martínez.

Mereces lo que sueñas” decía Gustavo Cerati en “Beautiful“, sexto corte de ‘Bocanada‘, su segundo álbum en solitario pero el primero después de la caótica ruptura de Soda Stereo. Fiel a sus ideales, el gigante trasatlántico entregó un material poético y cautivador que le debe su gloria a la constante búsqueda del autor por nuevos horizontes musicales.

Si bien Cerati es recordado como el líder de una de las agrupaciones hispanohablantes más importantes de todos los tiempos, para la época en la que estaban disolviéndose la curiosidad del intérprete por ahondar en sonidos producidos por máquinas de ruidos y secuencias programadas influenció fuertemente lo que sería ‘Bocanada’.

Siento que puedo encontrar un espacio de ideas por medio de esta tecnología”, aseguraba el compositor en el libro ‘Cerati En Primera Persona’ de Maitena Aboitiz (2012).

“Estamos como músicos navegando una especie de paraíso en donde la tecnología ha producido una cantidad de variantes tan increíble de instrumentos que siento que estoy aprendiendo como cuando por primera vez aprendí con la guitarra”.

Pulsaciones eléctricas

Para contextualizar el desarrollo de Cerati dentro del campo de la electrónica y para poder entender el trabajo plasmado en ‘Bocanada‘, es importante conocer su participación en ‘Colores Santos’ y Plan V, dos proyectos que le abrieron las puertas hacia confines sonoros nunca antes explorados.

Colores Santos‘ fue el resultado de su trabajo en compañía del argentino Daniel Melero en el año de 1992. Un álbum de 11 temas que escudriñaba diferentes géneros como el ambient, dream pop y música experimental.

De alguna manera este disco fue como un ovni en la escena del rock argentino a principios de los años 90″, explicaba Ivan Adaime, crítico musical de Allmusic.

Posteriormente, durante una estadía del músico en Santiago de Chile en compañía de su entonces esposa, Cecilia Amenábar, Cerati se vio en la necesidad de acondicionar un pequeño espacio en donde instaló sus equipos y comenzó a experimentar con diferentes resonancias.

De esa misma necesidad surgió Plan V, proyecto integrado por Andrés Bucci, Guillermo Ugarte, Christian Powditch y el mismo Cerati con quienes tocaba largas sesiones de jamming en el sótano de la hoy extinta disquera chilena Blackground.

“Una máquina. A la hora de meterse en el sonido, era una máquina. Era impresionante y con una oreja afinadísima. Podía estar horas y le daba lo mismo, no comíamos, no tomábamos, nada. Era música, música y música“, rememora Powditch sobre la creación de su primer álbum homónimo.

Un verano de bocanadas galvánicas

Durante el verano de 1999 en la Argentina de Menem, Cerati se sentía listo para encerrarse a componer su primer álbum individual sin las presiones y altibajos que le había traído la separación de Soda Stereo.

En la intimidad del hogar -razón por la cual ‘Bocanada‘ no deja de sentirse como un trabajo personal y subjetivo- el compositor adaptó el sótano de su casa como estudio de grabación. Le llamó ‘Casa Submarina‘.

Ahí, entre la efervescencia de beats y el burbujeo de ideas, Gustavo comenzó a experimentar con aparatos como el controlador MPC que le permitió samplear guitarras, sonidos, voces y loops para integrarlos a sus siempre poéticas composiciones líricas.

Este disco implica mayor entendimiento con la computadora. Pude sacarle más jugo. Hasta ‘Amor Amarillo’ estuve trabajando sin computadora. Pero cuando me compré la Macintosh empecé a investigar y ya en’ Sueño Stereo’ hay muchas programaciones que están hechas dentro de la máquina” se puede leer en el libro de Aboitiz.

Esta naturaleza entre lo experimental y lo bucólico habría de definir el estilo de todo el larga duración. De acuerdo a Juan Morris, biógrafo del astro argentino, el primer material trabajado para el álbum fue un sample extraído del sencillo “Waltz for Lumumba” de Spender Davis Group, que daría origen a “Tabú”, tema que abre el disco.

Bocanada‘ se presentó oficialmente durante 6 noches seguidas en el teatro Gran Rex ante llenos totales. Apelando a esa creatividad colectiva que tanto le caracterizaba, montó una banda que incluyó a Flavio Etcheto y Leo García, dos jóvenes músicos a quienes instruía y pedía retroalimentación por igual, Fernando Nalé, músico de Ilya Kuryaki and the Valderramas, y al baterista Martín Carrizo, admirador de Charly Alberti. El equipo habría de completarse con Alejandro Terán, quien escribió los arreglos de cuerdas que después habrían de grabarse en Inglaterra en los legendarios estudios de Abbey Road.

Idílico y reformador, ‘Bocanada’ es un trabajo que a dos décadas de su creación se mantiene imperecedero, y que por el contrario, sólo logra crecer con el paso de los años.

Merecemos lo que soñamos, y Cerati sólo soñaba con el ruido de las máquinas del futuro.