Recientemente, el vocalista de Zoé, León Larregui, arremetió en contra de Bad Bunny llamándolo “basura desechable” y demás adjetivos, en una publicación en redes sociales hoy eliminada.
El músico de 48 años de edad se une a una larga lista de detractores, principalmente integrada por personas de 30 años y más, quienes no soportan la música que consumen las nuevas generaciones.
Pero, ¿por qué sucede esto con tanta frecuencia? Puede que la ciencia tenga una explicación parcial a este fenómeno.
Frank T. McAndrew, psicólogo y profesor del Knox College en Galesburg, Illinois; publicó un artículo en The Conversation en donde enumeró algunas razones válidas.
Para empezar, explicó que el gusto musical comienza a formarse entre los 13 a 14 años de edad y, para cuando llegamos a los 20, estas preferencias “ya se han asentado con firmeza”.
Según el autor, otros estudios demuestran que, para los 33 años, la mayoría deja de escuchar música nueva. Existen varios factores, pero el más determinante es que a esta edad ya se cuentan con muchas más responsabilidades (y menos tiempo) que cuando en la juventud y, por tanto, se prefiere escuchar lo que ya es conocido.
A esto añadámosle que, a medida que envejecemos, aquellas canciones que fueron éxitos durante nuestra adolescencia siguen siendo populares entre las personas de nuestra edad; ofreciéndonos una”falsa verdad” sobre lo que es bueno o no.
La biología también juega una parte fundamental pues, de acuerdo a McAndrews; a medida que nos hacemos mayores nuestra mente deja de ser tan ágil a la hora de distinguir nuevos acordes, ritmos y melodías, lo que provoca que “todas las canciones suenen igual”.
Por último pero no menos importante, existe lo que McAndrews denomina como “el efecto de la mera exposición”. Básicamente dice que, cuanto más expuestos estamos a algo, más nos gusta.
Y considerando que a los 33 años ya no escuchamos música nueva, eso significa que no estamos al día en cuanto a las tendencias musicales y, por tanto, nos desagradan.
“La investigación psicológica ha demostrado que las emociones que experimentamos en la adolescencia parecen más intensas que las que se experimentan más tarde. También sabemos que las emociones intensas están asociadas a aquellos recuerdos y preferencias más fuertes. Todo esto podría explicar por qué las canciones que escuchamos durante este período se vuelven tan memorables y queridas”.
Vía The Conversation.
¡Así que ya lo sabes! La ciencia dice que todo forma parte de un ciclo natural 🌱. No hace falta despotricar en contra de aquella música novedosa que no conocemos y, los jóvenes, deberían de ser más comprensibles a la hora de discutir con sus mayores.