Desde que escuché el álbum por primera vez, su título me llamó mucho la atención: Post Tropical. Dos palabras que dejan mucho a la imaginación y que prometen mucho. Al escucharlo me di cuenta que sintetizan perfectamente el concepto detrás del disco, una playa después de un huracán, el regreso del sol después de una era glacial y la calma después de la tormenta son algunas imágenes que vienen a la cabeza al estar escuchando el disco.

James Vincent McMorrow se dio a conocer como un cantante folk, pero especificó que no quería hacer toda su vida. Dijo que quería cambiar de sonido, explorar nuevos horizontes y estar en constante evolución. Para su segundo álbum fijó la mirada en algún punto entre Bon Iver y James Blake. Dejo de lado el folk simple y coqueteó con el soul y R&B, experimentó con diferentes texturas y hasta incorporó ciertos elementos de la electrónica.

El resultado es un álbum de diez canciones que podrían musicalizar un paseo por una selva, una caminata por la playa o cualquier situación que nos haga reconectar con la naturaleza. Desde el falsetto del primer sencillo “Cavalier”, hasta el desolador final de “Outside, Digging”, el disco está repleto de momentos de serenidad y una reconfortante calma que tiene una calidez innata. Sin embargo, su mayor virtud puede ser su mayor problema.

Esa serenidad que se vive a lo largo del disco en muchas ocasiones se siente como el preámbulo de algo que no llega. Muestran un panorama brillante, nos otorgan una calma que se dirige a algún punto pero al final, cuando se acerca a ese punto lo esquiva. Como una película de suspenso que  nunca muestra una clímax. Eso puede hacer que para muchos el disco se convierta en un viaje algo tedioso, sí, llenos de bonitas imágenes pero sin algo que los haga concentrarse en el paisaje.

La excepción es “Repeating”, una canción que en cuatro minutos evoluciona de una simple canción a capela y casi acústica en un glorioso intercambio de voces y coros que puede producir escalofríos de todo tipo. Ese es el clímax, que si bien aparece en una canción se siente como la pieza faltante del disco.

Lo interesante de Post Tropical es ver cómo McMorrow logró reinventarse y encontrar su propio sonido en géneros que últimamente han sido explorados hasta el cansancio. Post Tropical probablemente no será el disco que cambiará la vida o carrera de McMorrow, tampoco será el álbum definitivo de 2014, pero de cualquier forma es un viaje que vale la pena tomar.