Malas noticias. Un estudio recientemente publicado por la Universidad de Missouri asegura que beber alcohol en exceso (emborracharte de forma consistente) provoca cambios epigenéticos en estructuras protéicas clave del hígado.

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El Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol en Estados Unidos define como “borrachera” al “patrón de consumo que propicia una concentración de alcohol en la sangre mayor a 0.08 gramos por ciento o más”. Podríamos decir que esto pasa cuando los hombres consumen cinco tragos o más, o cuando las mujeres consumen cuatro o más, en un periodo de dos horas como máximo.

Esto quiere decir que si de por si tomar alcohol con frecuencia no es lo mejor que le puedes hacer a tu hígado, el ponerte hasta el rabo puede tener efectos mucho más profundos, afectando justamente las protenías que protegen a las cadenas de ADN y que permiten que funcione correctamente. Y ese desgaste adicional sobre la estructura de la cadena puede propiciar “copias” innecesarias y formaciones alteradas en las nuevas células, lo que podría derivar en cáncer o cirrosis.
Y dada la importancia del hígado en otras funciones metabólicas del cuerpo, los efectos negativos a largo plazo pueden ser difíciles de calcular.

Otra razón más para beber con moderación. Lo decimos muy en serio :)

Vía: Universidad de Missouri / Hepatology International