“Dogs”, originalmente titulada “You’ve Gotta Be Crazy”, comenzó como un extenso jam de Pink Floyd que se convirtió en una suite de varias partes sobre la tristeza que se produce al tratar de encontrar tu lugar en el mundo, y quedar atrapado en la carrera del día a día.

Temáticamente, el corte retrata a personas que se simbolizan como perros. “Dogs”, de más de 17 minutos de duración, es una de las canciones ininterrumpidas más largas de la banda; un tour de force que requiere múltiples escuchas para apreciar realmente su majestuosidad, tras ‘Echoes’ y ‘Atom Heart Mother’.

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La música de “Dogs” fue escrita en 1974 por David Gilmour y Roger Waters, con la aportación lírica de Waters. Originalmente se titulaba “You’ve Got to Be Crazy” y formaba parte de la lista de canciones de ‘Wish You Were Here’. Waters modificó la letra en algunas partes, transpuso la tonalidad para adaptarla a la voz de Gilmour y a la suya propia, y la retituló “Dogs”.

Encajando en el concepto Orwelliano de ‘Rebelión en la Granga’, ‘Animals‘ equipara el comportamiento humano con varios miembros del reino animal. “Dogs”, particularmente, se concentra en el mundo agresivo y despiadadamente competitivo de los negocios, describiendo a un empresario de alto poder.

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Los dos primeros versos detallan su naturaleza depredadora: aparentemente encantador y respetable con su “corbata de club y un firme apretón de manos, una cierta mirada en los ojos y una sonrisa fácil”, pero listo para apuñalar por la espalda a los que confían en él. Los versos siguientes describen el vacío de su existencia a medida que envejece, retirándose al sur, rico pero sin amor.

La canción concluye con estos “perros” trabajando por ellos mismos hasta la muerte, siendo encontrados “muertos en el teléfono” por haber sido hundidos por “la piedra” (en una parte anterior de la canción se decía que la sangre mala se convertía en piedra), en metáfora para “el peso del que necesitan deshacerse”.

Como dato curioso, “Dogs” incluye un aspecto único en el mundo de la música en vinilo.

A la mitad del tema hay una referencia a “la mala sangre que se va endureciendo y volviendo piedra” (“the bad blood slows and turns to stone”), que al final termina hundiendo al individuo. El autor entonces le desea un buen descenso cuando sentencia: “Así pues que tengas un buen hundimiento, mientras solitario te hundes, arrastrado por la piedra”.

Al finalizar está última oración se produce un eco de la palabra “piedra” que se repite muchas veces y muta en un sonido electrónico que da al oyente toda la sensación de algo que cae y se hunde indefinidamente. La curiosidad surge cuando se le da la vuelta al vinilo de ‘Animals’, ya que el eco de la “piedra que se hunde” llega hasta “Sheep”, representado un sumergimiento extraordinario.

Pink Floyd: Animals Vinyl. Norman Records UK