Ante la creciente inseguridad que enfrenta el gremio periodístico en México, la diputada local del PAN, Frida Guillén, presentó una iniciativa que busca otorgar un seguro de vida a quienes ejercen el periodismo, ya sea de forma independiente o en medios establecidos.

La propuesta surge tras la trágica muerte de los comunicadores Berenice Giles y Miguel Ángel Rojas durante el festival Axe Ceremonia.

Reconocer legalmente a quienes informan

La iniciativa contempla reformar la Ley para la Protección Integral de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, incluyendo una definición amplia de periodista: toda persona física que ejerza de manera permanente la libertad de expresión o el derecho a la información, sin importar si trabaja bajo contrato o por cuenta propia.

“Esta propuesta se construyó de la mano de personas que todos los días se juegan la vida para informar. Su trabajo es esencial para la democracia, y el Estado debe reconocerlos y protegerlos como lo que son: periodistas”, afirmó Guillén durante la presentación (vía El Universal).

Entre las medidas planteadas, destaca la incorporación de un seguro de vida cuyos beneficiarios serán designados por la persona periodista o defensora de derechos humanos que lo solicite.

Periodismo en riesgo: cifras alarmantes

Frida Guillén también hizo un llamado de atención sobre el contexto actual de violencia contra la prensa en México.

“En los últimos dos sexenios han asesinado a 94 periodistas, y en lo que va de este gobierno ya van 4 más. A esto se suman más de 31 desaparecidos. México encabeza las cifras mundiales de agresiones contra la prensa. Esta situación no puede continuar”, sentenció.

La diputada recalcó que esta iniciativa no solo busca brindar seguridad a quienes ejercen esta labor, sino también reconocer legalmente su papel en la sociedad:

“Con esta propuesta buscamos proteger su labor, dignificarla y darles certeza jurídica a ellos y a sus familias”.

La propuesta representa un paso hacia la justicia para quienes informan, especialmente en un país donde ejercer el periodismo se ha convertido en una labor de alto riesgo.