Hay una cierta conexión entre el origen del kraut en Alemania, y la manera en que este mismo género está comenzando a sentar sus propias bases (nuevamente) en nuestro país.

A finales de los setentas, Alemania urgía de un renacimiento artístico que lograra colocarse en el spotlight internacional, para así dar entrada a una nueva época en la vida post-guerra que llevaban en dicho país.

Entre los escombros, surgió un género cuya cadencia sonora se recargaba en las fuertes distorsiones de las guitarras, y los complejos y obscuros sonidos de los sintetizadores.

¿Su giro? Experimental. ¿Su resultado? Una increíble influencia en la escena artística de todo el mundo.

El inicio del kraut en Alemania logró tocar múltiples vertientes artísticas a lo largo del mundo, y aunque muchos años hayan pasado ya e incluso, en el plano internacional el género no esté precisamente viviendo una oleada de “revivals”, México pareciera estar comenzando a dar sus primeros pasos en retomar lo que leyendas como Antiguo Autómata Mexicano dejaron a su paso.

Hoy, la raíz del género ha cambiado y eso lo he podido notar gracias a la percepción de Natalia Szendro quien, a través de Iluminat, su programa en Reactor 105.7, el género pareciera tener una cierta presencia gracias a proyectos mexicanos.

Incluso, me gustaría decir “mutado”, y es que la cadencia con la que dicho género parece desarrollarse hoy en día, se me antoja más como “el inicio de”, que un “regreso total”.

A lo que voy es, bandas como Telephone Exchange, Sei Still & Montecarlo 88, traen en su sonido mucho de eso, pero al mismo tiempo esto no es un throwback.

Tomemos por ejemplo a Sei Still, un proyecto originario de la ciudad de México, conformado por Mateo Sánchez, Sebastián Rojas, Andrés Lupone, Jerónimo y Lucas Martín.

Cuando los escuchas te golpean con una sorpresa:

Su música es exquisitamente melódica y refrescante, sin embargo, en ningún momento se aleja de la línea clásica del género.

Y me es obvio que tengan tanto balance teniendo a una leyenda como Hugo Robota en la producción.

Su más reciente lanzamiento se titula “Tácticas de guerrilla urbana”, y si soy honesto, creo que ellos mismos logran describirse en ’10:17 minutos.

Pero Sei Still no es la única propuesta que vive en el #NuevosAires de esta semana. Definitivamente, el regreso de Santiago Padilla & César Saldivar a la música under de este país, me parece un suceso por demás interesante.

Comencemos con el background que ambos músicos tienen; Padilla comenzó desde muy, muy joven con Volga Beach nadando entre la pequeña brecha de vaporwave & lo-fi que se vivió entre el 2010 – 2012, para así eventualmente formar parte de lo que alguna vez fue Hawaiian Gremlins.

Por su parte, César formó parte de un fugaz y poderoso proyecto llamado Bleak Boys, originario de Aguascalientes, que fue víctima de su propia genialidad y exceso, separándose por completo y dejando así una cierta libertad para que Saldívar pudiera generar nuevos proyectos.

Telephone Exchange es ese proyecto.

El origen del Telephone descansa en la constante interacción de César con los números, el diseño, los algoritmos y una importante porción de la genialidad que daba vida a Bleak Boys.

Eso, mezclado con el talento de Pawel Niedzwiecki & Cesar Ortiz, logra que Telephone Exchange sea un auténtico viaje en el tiempo en el que de nuevo, las bases clásicas convergen, pero 100% hay una puerta que está abierta a la experimentación que seguramente veremos manifestarse en un futuro…

Y de nuevo, creo que hay una semilla. Una que ha tenido un efecto tan importante en el país que incluso proyectos fuera de la ciudad de México, están desarrollándose bajo las líneas del kraut.

Y casi casi que Montecarlo 88 es el más veterano en esta lista.

Desde 2016 Montecarlo arrancó con un material titulado “Chicano Kraut”, el cual, pese a no liberarse hace muchísimo tiempo atrás, sí se colocó como un trabajo diferente que no embonaba precisamente bien con los sonidos que se generaban en el escenario independiente de ese año (dreampop, shoegaze, etc).

Sin embargo, si México puede presumir de un melómano a quien poco le interesa encajar o “caer bien”, ese melómano es Arturo Uriza, quien junto a Jorge Chalino & Paul Marrón, decidió comenzar a desenvolverse en los sonidos que a ellos mismos les llenaran y justo esa sinceridad, esa indiferencia por cuántos oídos fueran o no a aceptarlos, es lo que definitivamente perfiló a su proyecto como algo tremendamente valioso dentro de las joyas del underground.

Para hacerlo mejor este proyecto tiene base en Puebla.

Lo cual me hace cuestionarme cómo es que el kraut ha tenido una influencia primordialmente en el centro del país en esta época, considerando que Tijuana solía ser la ciudad que poseía el título de más proyectos independientes concretando este género por ahí de mediados del 2000.

¿Su sonido?

Muchísimo más rebelde y acelerado que el de Telephone o Sei Still; pero esto no es para comenzar una competencia, al contrario, más bien lo que cada uno de estos proyectos ofrece son diferentes perspectivas de cómo la semilla del kraut se está desarrollando en México y de cómo los músicos independientes conformando esta nueva/pequeña ola, pueden utilizar su imaginación para abrir campos muchísimo más experimentales dentro del género.

Larga vida a las bandas independientes. Veamos qué sigue para el kraut en México, justo a la mitad de una época que despide a la segunda década del “nuevo milenio” y que bien podría abrir el panorama sonoro a nuevas y mejores propuestas en el underground mexicano a futuro…