Contrario a lo que podría pensarse, Frances Bean Cobain no es una gran fanática de Nirvana. Se suponía que la hija de Kurt Cobain siguiera los pasos de su padre, pero, en realidad; el legado de Nirvana ha sido difícil de manejar para ella, especialmente teniendo en cuenta lo perjudicial que fue la notoriedad de la banda para la salud mental de su padre.

Frances Bean tenía sólo 19 meses cuando Cobain murió. Por lo tanto, su imagen de él se basa en la que los medios de comunicación proyectaron, como el genio trágico de la generación grunge. Esa percepción, aunque buena en la prensa, siempre ha sido increíblemente reductora. Como Frances Bean dijo a Rolling Stone:

“La muerte es 99% de romanticismo y mitología. Es hora de ponerlo en jaque”, antes de pasar a criticar la obsesión de la cultura musical “por la muerte de los músicos”.

Vía Rolling Stone.

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En esa misma entrevista, Frances se desmarcó del complejo legado de su padre: “No me gusta mucho Nirvana”, confesó. “Lo siento, gente de promoción, Universal. Me gustan más Mercury Rev, Oasis, Brian Jonestown Massacre– continuó, animada por la idea de socavar el continuo intento de la industria musical de transformar la muerte de Kurt en un producto comercializable. “La escena grunge no es lo que me interesa”.

Dicho lo anterior, Frances Bean reconoció que hay un par de canciones del catálogo de Nirvana que sí le gustan. “Territorial Pissings’ es una canción jodidamente genial”, dijo.

“Y ‘Dumb’, lloro cada vez que la escucho. Es una versión despojada de la percepción que tenía Kurt de sí mismo: de sí mismo en las drogas, fuera de las drogas, sintiéndose inadecuado para ser titulado como la voz de una generación”.

Vía Rolling Stone.

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“Dumb” quizás tenga tanto valor sentimental porque fue escrita antes del lanzamiento de ‘Nevermind’, cuando Kurt y su banda aún estaban al margen de la aceptación. Añadió que la canción era una especie de “proyección” del frágil estado mental de su padre, un intento de poner en palabras la sensación de vivir con una mente que parece empeñada en devorarse a sí misma.