Algunas bandas alcanzan la cima del éxito gracias al misticismo que les rodea; por la notoriedad de sus integrantes; la fuerza de algún éxito que los propulsa hacia el estrellato; por polémica; o por simple y llano talento. En el caso de Muse, el famoso grupo de alt-rock inglés, han bastado un par de las cualidades anteriormente mencionadas para mantener una sólida trayectoria de 27 años y contando.

Muse es una de los ensambles más peculiares del siglo XXI. Desde su formación en 1994, el power trío moderno se ha afianzado como uno de los actos de rock más talentosos salidos de Inglaterra; en parte gracias a su capacidad de reinvención -para bien o para mal-. El gusto ecléctico de la banda por el rock, la electrónica, el metal y el pop, ha mantenido a los fans intrigados durante décadas.

Formados cuando el líder Matt Bellamy, el bajista Chris Wolstenholme y el baterista Dominic Howard eran apenas unos adolescentes en la ciudad costera británica de Teignmouth, Devon; Muse tardó un poco en desarrollar una estética particular y en crear expectativa a su alrededor.

Publicaron un par de EPs (‘Muse’ en 1998 y ‘Muscle Museum’ en 1999) antes de ser fichados en Maverick y publicar su primer larga duración. Aunque ascendieron a la escena británica con relativa facilidad, no fue hasta su tercer álbum cuando se abrieron paso en el resto del mundo. Al principio, se les comparó con Radiohead, pero poco a poco Muse fue creando su propio sonido, que combina rock progresivo y emotivo con arreglos sinfónicos y un dramatismo teatral inspirado en Queen.

Si bien Muse nunca ha publicado un álbum rotundamente reprobable, algunos de sus discos son más fáciles de digerir que otros. Unos pueden ser muy inmediatos con su estética, pero otros pueden requerir un poco más de experiencia para ser plenamente apreciados. En algunas áreas, estos discos pueden ser furiosos y contundentes, pero también melancólicos y reflexivos en otras.


Todos los discos de Muse ordenados del peor al mejor

8. Simulation Theory (2018)

Dado que Muse siempre había estado a la vanguardia del rock; que en 2018 publicaran un álbum que ofreció tendencias retro y synth-pop de los años ochenta definitivamente no cumplió con las expectativas del fandom ni de la crítica.

El disco no es del todo malo. Canciones como “Pressure” y “Dig Down” muestran que la banda todavía puede escribir un gancho asesino, e incluso “Get Up and Fight” tiene un estribillo digno de un estadio. Sin embargo, estos aspectos destacados no compensan el hecho de que el álbum tiende a sonar un poco aburrido con repetidas escuchas.

La producción corrió a cargo de Muse en compañía de Rich Costey, Mike Elizondo, Shellback y Timbaland. Siguiendo los temas más oscuros de sus álbumes anteriores, ‘Simulation Theory’ incorpora influencias de la ciencia ficción y la cultura pop de la década de los ochenta, con un amplio uso de sintetizadores. El clima político contemporáneo de los Estados Unidos influyó en las letras.

7. Drones (2015)

‘Drones’, publicado en 2015, es un disco deficiente en creatividad lírica, que intenta abordar temas relacionados con una trama global. Ofrece un concepto basado en un apocalipsis tecnológico como resultado de los ataques con drones. Aunque interesante, no deja de provocar algunos momentos desacertados, como el interludio “Drill Sergeant” en la canción “Psycho”.

Sin embargo, aparte de esas particularidades, el esfuerzo tiene cierta agresividad que se echó de menos durante los lanzamientos de la época. La producción de Mutt Lange (AC/DC, Shania Twain) ayudó a la banda a volver a lo básico y crear buenos singles como “Dead Inside” y “Mercy”.

6. The 2nd Law (2012)

‘The 2nd Law’ es el sexto álbum de estudio de Muse y salió a la venta en octubre del 2012. El título hace referencia a la segunda ley de la termodinámica y el arte de la portada presenta un mapa de las vías del cerebro humano, que fue tomado del Human Connectome Project.

Aparte del sencillo principal (“Survival”), se trata de la colección de canciones mas ecléctica del trío. Siempre han mezclado con soltura sonidos y texturas, y este es el catálogo con más diversidad.

Desde la sutil propuesta electro de “Madness” hasta el apocalíptico sex-funk a lo Prince en “Panic Station”; pasando por el rock James Bondesque de “Supremacy” y el amargo pero elegante lamento anticapitalista de “Animals”; este disco es conciliador en su balance.

5. The Resistance (2009)

‘The Resistance’ llegó en un momento interesante en la carrera de Muse. Llevaban años siendo un nombre familiar en la escena y ganaron cierto éxito con su canción incluida en la banda sonora de ‘Crepúsculo’. Así que, en este disco, la banda aprovechó la oportunidad para experimentar con la teatralidad musical.

Aunque tiene la mezcla de pop y alt-rock que solo Muse puede lograr, el resultado final ofrece cierto brillo pero adolece del enfoque y la sustancia de sus predecesores. Aunque contiene algunos de los mejores momentos de la banda (la canción que da título al disco, “United States” o “Eurasia” y la trilogía “Exogenesis”), uno no puede evitar sentir que en su conjunto el LP es algo insuficiente.

4. Showbiz (1999)

Este fue el punto de partida de Muse. Lanzado en 1999, ‘Showbiz’ ve a la banda incorporando sus evidentes influencias musicales a cortes inéditos, antes de que crearan un sonido propio reconocible a nivel mundial.

Cada una de las canciones tiene un tono de guitarra arrancado del rock de los 90, y estructuras de composición que parecen un spin-off de ‘The Bends’ de Radiohead. Recordemos que John Leckie fue el productor de ambos discos (‘The Bends’ y ‘Showbiz’), con 4 años de diferencia entre cada uno.

No obstante, el elepé ha envejecido favorablemente y en 2009 fue clasificado entre los 20 mejores álbumes británicos de los últimos 20 años por la edición británica de MSN. Además, varias canciones parecen haber tenido un atractivo duradero entre los fans, como la que da título al disco, que fue una de las más solicitadas de la banda durante la gira The Resistance Tour en 2010.

3. Black Holes and Revelations (2006)

En sus discos anteriores, Muse había experimentado con diversas técnicas de composición, a menudo con gran efecto. Aquí es donde tomaron sus ambiciones de space rock y prog rock y las elevaron al tamaño de una arena.

La habilidad de la banda para escribir canciones lentas culminó en su mejor balada, “Starlight”. Otras canciones como “Assassin” y “Supermassive Black Hole” reúnen riffs que dejarán boquiabiertos a muchos guitarristas en ciernes. Incluso vemos los primeros coqueteos de la banda con la música electrónica en “Map of the Problematique”, cuyos maníacos sintetizadores complementan perfectamente la instrumentación de la banda.

El disco también contiene la que bien puede ser la mayor epopeya de Muse, “Knights of Cydonia”.

2. Origin of Symmetry (2001)

‘Origin Of Symmetry’ es probablemente el disco favorito del fandom de Muse, y con justa razón. El segundo ofrecimiento del grupo les abrió la puerta del rock mainstream. Tras el ascenso de Radiohead, muchas bandas como Coldplay e incluso los propios Muse eran vistos como derivados. En respuesta, ‘Origin of Symmetry’ muestra a Matt Bellamy y compañía en su versión más visceral y furiosa.

Este disco es lo más parecido a un álbum de punk que la banda haya lanzado desde una perspectiva sónica. Canciones como “Hyper Music” y “Plug In Baby” tienen un ataque decididamente duro que se precipita desde sus primeras notas. También muestra estilos más prog-rock en “Space Dementia” y especialmente en la épica “Citizen Erased”, que se ha convertido en una de las favoritas de los devotos de Muse.

1. Absolution (2003)

‘Absolution’ tiene un tono musical notablemente más oscuro y pesado que su antecesor, con un enfoque lírico en conceptos teológicos y apocalípticos. El disco es increíblemente coherente, ya que salta de los cortes de piano (“Apocalypse Please”) al metal (“Stockholm Syndrome”) y a las baladas (“Falling Away With You”).

Algunos de las canciones más exitosas de Muse aparecen en este álbum, como “Time Is Running Out” e “Hysteria”, esta última, con una hipnotizante línea de bajo que muchos atesoran.

El elepé también introdujo una era de experimentación salvaje para la banda. Temas como “Blackout” apuntan a las ambiciones más clásicas de la banda, mientras que “Thoughts of a Dying Atheist” tiene un aire que parece sacado directamente de la época glam de David Bowie. Incluso tracks como “The Small Print” rememoran las raíces punk de Muse.