A veces siento envidia del pasado.
A veces, siento envidia del sentimiento que un amor de secundaria, preparatoria o hasta de la carrera, podía evocar en mi corazón cuando todo parecía más rápido y sencillo.
A veces siento miedo del futuro y terror por el presente.
A veces, el amor que siento ahora y que al parecer sentiré en el futuro, no parece compararse con el amor que sentí de joven y que solamente aquellos que se enamoran por vez primera sienten al verse reflejados en los ojos de “esa persona”.
Pero gracias al universo existe la música y a través de ella, regresar en el tiempo a esas emociones es posible.
La primera vez que escuché “Fuentes de Ortíz”, como muchas otras personas, cometí el error de googlear dónde se encontraba “dicho lugar”.
Para mi sorpresa, las fuentes no eran fuentes y como en cualquier romance juvenil, la ubicación real se encontraba en los sentimientos y las metáforas de un joven enamorado cantándole a un viejo amor del ayer.
En resumen, “Fuentes de Ortíz”, con su poesía y su sencillez, me regresó en el tiempo a cuando el amor parecía más profundo y los sentimientos más reales.
Lo que más me sorprende no es que la canción, siendo tan emotiva como es, logre transmitirme ese poderoso sentimiento, sino que a los ojos y talento de personas tan geniales como Hermann Diego Neudert, el torbellino de sentimientos logre manifestarse también en el aspecto audiovisual con el video de dicho sencillo.
Hoy, con la llegada del primer audiovisual de Ed Maverick en uno de los momentos más altos e interesantes de su carrera, “Fuentes de Ortíz”, que definió en muchos aspectos la primera etapa de la carrera de este joven compositor, llega con una serie de cuadros apacibles que relatan en muchas formas la complejidad de ese amor juvenil del que hablo.
¿Es o no es? ¿Estamos o ya nos fuimos? ¿Te duele o te hace reír?
Ese momento de sentirlo todo pero vivirlo en nada, y de creerse en la cima pero realmente estar caminando sobre la cuerda floja, define mucho del comportamiento que tenemos en futuras relaciones y siento que “Fuentes de Ortíz”, relata el complejo laberinto emocional que se vive en esos primeros años.
Pero basta de mis palabras innecesarias. Acá pueden apreciar esta pequeña obra maestra que los Neuderts acaban de realizar…
En palabras de Ed, este primer gran paso llega cargado de un montón de sensaciones:
Con este video quise hacer tangible de otra manera que no sea la música lo que sentí al hacer esta canción que compuse sobre la vivencia de un amigo muy cercano. Es de las cosas más bonitas que he hecho, porque me hizo conocer más amigos nuevos, entender aun más lo que alguien puede llegar a sentir, y dar un paso más en este pedo que es de las cosas que más amo: la música
Ed Maverick
Grande Hermann, hoy y siempre. Larga vida para Maverick y para el talento de casa.