Recientemente en una entrevista para Metal Hammer, Mike Shinoda de Linkin Park habló acerca del impacto que la música ochentera tuvo en él años antes de convertirse en miembro de una de las bandas más famosas del mundo.

Como lo relata en su entrevista, Mike vivía en Panorama City ubicada en California, un lugar que por el solo hecho de encontrarse en ese estado, ya contaba con una diversidad cultural demasiado variada y rica, como para poder encasillarse así mismo dentro de los estereotipos a los que su familia –japo-americana– estaba acostumbrada.

Si a eso sumamos la época, Shinoda se encontraba siendo 100% influenciado por el hip-hop y sus inicios, por eso cuando volteaba a ver lo que sucedía en la escena del “Hair Metal”, todo parecía demasiado cuadrado y blanco.

“Y no lo digo sólo por una cuestión de raza, pero es que todo era lo mismo ó más de lo mismo, ¿me entiendes? No digo que estuviera mal, pero yo no gravitaba por esos géneros en ese entonces.

Antes de Linkin Park y del nu-metal, la gente te decía ‘ah yo escucho rock ó yo escucho hip-hop’, y cuando llegamos a mezclarlo todo, fue cuando la gente verdaderamente empezó a decir de manera sincera: ‘bueno… creo que escucho de TODO'”.

Mike Shinoda

Y en muchos aspectos, Mike tiene razón: antes del nu-metal, ver esta mezcla cultural en los integrantes de las bandas no era común. La industria sólo impulsaba proyectos conformados por hombres blancos que siguieran un estereotipo para poder alcanzar el mainstream.

Fuera de eso, todo era algo ignorado. Pero la llegada del género realmente regresó esa parte “agresiva” al género que tanto lo caracterizaba al principio, además de que bandas como Linkin Park abrieron la conversación con relación a trastornos mentales en los jóvenes.

Parece que no, pero el nu-metal sí trajo grandes cambios consigo. Y por ello, debemos estar agradecidos.