Baxter, periodista en México y fanático de hueso colorado de Metallica, se encuentra en un viaje a la Antártida para ver a la banda en un concierto único en uno los lugares más recónditos de la Tierra. Su viaje implica pasar por diversas regiones y un largo trayecto en barco rodeado de fanáticos de la banda de todo el mundo.

A lo largo de la semana publicaremos crónicas de su viaje a la Antártida, aquí pueden ver la primera parte, aquí la segunda, aquí la tercera y abajo verán la cuarta:

Foto tomada del Twitter de @metallikarla.

Foto tomada del Twitter de @metallikarla.

La banda aterrizó en la base chilena de Frei, a unos 60 minutos del helipuerto de Carlini, el lugar en donde en unas horas, harán historia. Metallica recorrerá los siete continentes en menos de un año, y ofrecerán el primer concierto de alcance masivo desde la Antártida. Arribaron en un charter privado, en la única pista de aterrizaje a cientos de kilómetros a la redonda.

Ortelius, nuestra casa desde hace días, arribó unas horas antes a la Antártida. “Del lado izquierdo del barco, podrán observar témpanos de hielo y orcas”, dijo el capitán por el intercomunicador de la nave. Como niños, que nunca han visto a Santa Claus, la tripulación del barco corrió a la proa. Ahí, titanes de hielo enmarcan una de las vistas más espectaculares del planeta. Mar, nieve, focas, pingüinos, glaciares que se derriten debido a la aparición de un discreto sol. La temperatura en el termómetro marca cero grados centígrados, sin embargo la sensación térmica llega a los menos diez. El Ortelius baja las anclas: es momento de descargar las más de diez toneladas de equipo que ha transportado desde Tierra del Fuego.

La desmontada no es tradicional. Son necesarias decenas de viajes en Zodiacs, las lanchas motorizadas que se utilizan como medio de transporte entre embarcaciones y playas en climas extremos. Cajas y cajas de equipo: transformadores, amplificadores, consolas, antenas satelitales. Hombres trabajando. El resto de la tripulación espera. Juegan a las cartas, descansan, leen, escuchan música, suben a cubierta a tomar la mayor cantidad de fotografías para poder empezar a describir lo que están viendo en ese momento. El lugar es mágico, es el planeta de la nieve, Hoth recargado… es real.

Dentro del Ortelius, recibimos una lección de un experimentado científico, sobre el comportamiento, naturaleza demás rarezas acerca de los pingüinos. Lo que sea para matar el tiempo y recorrer la mayor cantidad de horas hasta pisar tierra firme. Aún no es tiempo, y por lo pronto, lo más importante es ir a recoger a Metallica, darles la bienvenida. Durante la hora de la comida el barco zarpa hasta Frei. Fanáticos, medios y gente de la marca se arremolinan en estribor. Miran con sus binoculares el movimiento de los Zodiacs. Esperan más de una hora hasta que por fin, Lars, James Kirk y Robert se aparecen. Metallica está abordo. Tierra a la vista.

Después de cinco días en altamar, el concierto de Metallica en la Antártida se materializa. La fanática tripulación ha sido advertida. No será posible fotografiar a los integrantes de la banda en todo momento. Deben dejarlos ser, interactuar y así, podrán tener tiempo de calidad con los protagonistas de esta aventura. Lars es el primero en subir al bar del Ortelius, en la cubierta 6. Saluda a un par de fanáticos, los examina, voltea a ver a su alrededor, el resto de los presentes lo observa incrédulamente. El baterista se detiene en uno de los mapas de la Antártida, intercambia un par de palabras con su novia-modelo de 28 años. Suben a cubierta, resguardados por su staff.

Son las dos de la mañana en la Antártida. La mayoría de los integrantes de la expedición se ha ido a dormir. Robert Trujillo aparece, y es recibido por un aplauso de camaradería por parte de su crew. Suena Johnny Cash en las bocinas. Aún no se mete el sol, y no lo hará. Estamos dando vueltas discretas, anclados, en medio de una bahía cubierta por glaciares, montañas congeladas y una discreta base de científicos que tendrán su escape de la rutina cuando la banda más grande de heavy metal inicie su concierto en un par de días.

Metallica está en la Antártida, en un barco anclado en una bahía que pareciera set de película de ciencia ficción. Darán un concierto en un lugar que pareciera imposible.

Es real.