Se suele decir que, tras el declive del rock & roll de la década de los sesenta, Oasis fue, en gran medida, el responsable de su revival a principios de los años noventa con la oleada britpop.

Aunque no tan radicales como sus antecesores, los hermanos Gallagher y compañía encarnaron los ideales del rock & roll con cierto dejo de rebeldía, arrogancia y, en general, adoptando la típica actitud de rock star que, desafortunadamente, le costó la vida a grandes figuras del género como John Bonham, Jimi Hendrix o Janis Joplin, por mencionar algunos.

Y aunque sus discos (particularmente los dos primeros) vendieron miles de copias y conquistaron a toda una generación, ese no fue el caso de la leyenda de la guitarra, Eric Clapton, quien alguna vez declaró que no sentía ninguna simpatía hacia el conjunto de Manchester.

En declaraciones antiguas a la revista Stern (vía Rock Celebrities), Clapton hizo algunos comentarios negativos sobre Oasis cuando le preguntaron si le gustaba alguno de sus álbumes.

El guitarrista admitió que formó parte de la rebelión adolescente de los 60 contra la cultura dominada por los adultos, pero se dio cuenta, después de ser testigo de tantas muertes trágicas, de que tenía una responsabilidad hacia la sociedad como artista.

Por eso no le gustaba la música y la actitud irresponsable y arrogante de Oasis. Clapton hubiera preferido que actuaran de forma diferente a como lo hacían, y estaba decepcionado con su actitud, que también se demostraba en sus letras.

Cuando le preguntaron si le gustaba algún disco de Oasis, Eric Clapton respondió:

No, porque hay algo despectivo e hipócrita en su música que me da asco. Me gustan grupos como Radiohead o Tricky. Pero cuando sólo quiero sentirme bien o necesito algo de consuelo, escucho casi exclusivamente rhythm’n’blues moderno de Puff Daddy o Babyface“.

Vía Rock Celebrities.

Bien dicen por ahí que uno no es “monedita de oro” para caerle bien a todo el mundo y, en el caso de Oasis, esa frase popular se torna especialmente cierta.