Los músicos y compositores mueren, los escritores también, pero no las canciones ni las historias; ambas viajan a través del tiempo, de generación en generación, a través de la familia y los amigos, y son interpretadas y reinterpretadas por los nuevos aprendices. Así pasó con Songs Our Daddy Taught Us (Cadence Records, 1958), el segundo disco del dúo conformado por Phil y Don Everly, The Everly Brothers. Las 12 canciones que lo integran son las que, justo como su nombre lo indica, les enseñó su padre.

Cuando el disco fue lanzado, Elvis Presley, Duane Eddy, Bill Halley y los mismos hermanos Everly ya habían generado interés suficiente para ofrecerle a los jóvenes una propuesta diferente a la que los crooners como Frank Sinatra y Perry Como ofrecían. La nueva idea se llamó rock and roll. Con éxitos como “Wake Up Little Susie”, “All I Have To Do Is Dream” y “Bye Bye Love”, los Everly ya tenían un lugar en la historia de la música como uno de los actos de hermanos más talentosos, populares y armónicos del mundo.

Songs Our Daddy Taught Us representó un cambio de dirección en la carrera de los de Kentucky, pues contiene estándares de la música popular norteamericana (country y americana, principalmente), canciones que no necesariamente son representantes del rock and roll, aunque esto no demerita la importancia de dicho material.

55 años después, en un acto inesperado y con una combinación de intérpretes inimaginada, este disco es reinterpretado para toda una generación que cada día hace más por escarbar el pasado musical. Billie Joe Armstrong (Green Day) y Norah Jones, presentan foreverly, su versión y tributo al disco de 1958.

Armstrong y Jones, dos personajes distantes musicalmente hablando, dos voces que han ido y van a lugares diferentes, pero que por esta ocasión, coincidieron y se mezclaron como si en otra vida hubieran sido compañeras de ruta. Ambos se pusieron el traje de Phil y Don, y con ligeros retoques y pinceladas nuevas, vuelven a contar las historias que papá Everly le contó a sus dos hijos.

En “Roving Gambler”, la harmónica se disfraza del tren que transporta al protagonista de la canción; la guitarra eléctrica, el pedal steel, el piano y la batería le agregan una capa de drama al asesinato de Rose Connelly en “Down in the Willow Garden”; a “Lightning Express” se le agrega un toque infantil con las campanas tubulares, para contar la historia del niño que viaja a ver a su moribunda madre; “Put My Little Shoes Away”, la canción que cierra el disco (y el original, también), contiene un piano que sustituye a la guitarra original, generando el mismo sentimiento de nostalgia. Las canciones son las mismas, en palabras de Led Zeppelin. foreverly sólo ofrece una actualización y restauración de las mismas.

Mike Dirnt, bajista de Green Day, dijo sobre este disco: “Creo que es una gran puerta para que la gente sepa de dónde viene el rock and roll”. Por su parte, Billie Joe pensó que el material funcionaría a pesar de lo raro del proyecto. Sí, funcionó. Funciona. Como la puerta a la que se refería su compañero de grupo, como una oferta fresca de canciones e historias que se contaron hace casi 60 años, y que hoy hay oyentes listos para escucharlas y conocer más sobre las raíces de su música favorita.