La música de Pete Doherty siempre ha sido un gran reflejo de lo que sucede en su vida personal. Desde los días de The Libertines, hasta el debut de Babyshambles y su experimento como solista, cada canción perfectamente puede mostrar la vida de un personaje que ha caído y se ha levantado más que cualquier otro músico de su generación. Desde salir con supermodelos hasta acabar en prisión. La vida de Pete Doherty ha estado repleta de extremos y es por eso que después de cuatro años de desaparecer del radar musical su regreso dice muchas cosas.

En Sequel to the Prequel escuchamos a un Doherty renovado, uno que tal vez no ha dejado sus vicios pero que al menos parece haber retomado el camino después del espiral destructivo que lo vio tocar fondo hace unos años. El disco abre con Doherty gritando “I am the fireman” con una actitud punk, como un desesperado grito de atención seguido de la nostálgica “Nothing Comes to Nothing”. Un par de canciones que muestran lo último del viejo Libertine, son el cierre al libro anterior, a la historia que Doherty dejó atrás. Aquí entra “Farmer’s Daughter”, uno de los sencillos del álbum que con un coro épico pinta para ser de las favoritas. Sin embargo, la imagen presentada en el coro y la emotividad con la que Doherty canta es exactamente lo que hace la diferencia: “It’s the way it feels when sunlight hits the snow”. No relaciones fallidas, espirales de destrucción o corazones rotos. Pete parece haber encontrado un poco de felicidad y esperanza en su enredado mundo de tristeza.

Las siguientes canciones sigue esa misma intención, “Fall From Grace” es una confesión de Doherty, una en la que parece haber aceptado sus errores y está dispuesto a enfrentarlos. La cabaretesca “Sequel to the Prequel” también hace menciones al futuro y cómo las cosas estarán bien, siempre y cuando tengamos la cabeza en alto. “Seven Shades of Nothing” continúa el mensaje positivo y parece ser una de las canciones más esperanzadoras de la carrera del músico británico. “Are you trying to say this world is not beautiful enough?” exclama el vocalista en esta canción donde colabora Justin Hayward-Young de The Vaccines.

Desafortunadamente no todo el disco se siente como una unidad. “Dr. No”, una canción altamente influenciada por el ska británico y bandas como The Specials es una de las mejores composiciones de Doherty, pero no parece tener mucho sentido en la secuencia del álbum. Ni anímica, ni musicalmente. “Penguins” comienza como la narración de un día visitando el zoológico y aunque tiene cierto encanto tampoco parece tener lugar en el disco.

Claramente Doherty es la estrella del álbum, pero en esta ocasión no es el único nombre a considerarse. Drew McConnell, bajista de la banda, coescribió casi todas las canciones, algo que Pete no había experimentado desde sus días con The Libertines. El resultado ayudó a refrescar el sonido de algunas canciones como la antes mencionada “Dr. No” y hasta sirvió para narrar parte de la historia de McConnell. “Picture Me In a Hospital” fue escrita tras un accidente de coche que casi mata a Drew. Después de recuperarse, McConnell reunió a la banda y fue el principal motivador en la sesiones de estudio, así que de cierta forma demostró que Babyshambles es mucho más que un proyecto solista de Doherty.

Al final el título Sequel to the Prequel hace todo el sentido del mundo. Es un nuevo inicio para Doherty y McConnell, un momento en el que no tiene caso preocuparse por su tormentoso pasado o el accidente casi fatal. El álbum encapsula ese momento de ver hacia adelante con emoción y ganas de iniciar una nueva vida y en el caso de Pete Doherty es una hazaña que emociona.