Después de ocho discos, ¿qué errores no podían volver a cometer en Repeat After Me? ¿Cuáles fueron los cambios más drásticos?

Armando (teclados):  La duración del disco, es lo que más ha cambiado. Musicalmente hacemos los que nos da la gana pero en un álbum de 70 minutos hay canciones que se pierden, la gente no lo escucha todo. Preferimos que escuchen el disco entero y dejar algunas afuera para un próximo lanzamiento.

Julio (voz): Es el primer disco de los ocho que hacemos todos viviendo en ciudades distintas. Había que pensar cómo montaríamos todas las canciones nuevas viviendo fuera, cada quien traía demos y los mejores se pasaban a hacer canciones y en cualquier momento de gira entrábamos a grabar todas las bases: bajo, batería, percusión. Los teclados, guitarras y voces se hicieron en casa. Nunca lo habíamos hecho así, tuvo ese toque de relax. Se hizo entre París, Caracas, NY, Los Ángeles y San Francisco, y se ensayó en DF, Bogotá y Los Ángeles.

Mamel (batería): Fue un proceso muy orgánico, muy acorde con el itinerario de la banda; cada que había tiempo libre lo aprovechábamos. No podíamos darnos el lujo de que pasara el tiempo y tener tantos años entre disco y disco.

J: Fue mucho más libre

A: Tengo opiniones encontradas, es más relajado por un lado, pero también es muy sabroso estar en un estudio concentrado.

M: En el caso de la batería es siempre lo mismo, tengo que estar en lugar para grabar, yo no tengo estudio en mi casa. Entiendo la ventajas, sobretodo de tiempo y de comodidad. Es súper rico grabar en casa, tuve la experiencia de grabar todas las voces con Julio,  era súper rico levantarte, prepararte un cafe, saludar a los panas, grabar y luego ir a almorzar frente a la playa. Era algo que obviamente, cuando lo pones en balanza, lo vale.

J: También tiene que ver la gente que mezcló el disco: Dimitri From Paris, RaYMaN y Cachorro Lopez. Me encanta este método de grabar todo lo que quieres y luego se lo mandas al “postproductor” y tú no estás en horas de estudio metido en eso.

A: Lo mejor de eso es que no te peleas con el productor (risas).

No cualquier grupo graba en su casa, se necesita haber pasado por distintas experiencias y haber aprendido de ellas

A: Sí, ya pasamos por ahí (risas), ya hasta nos hemos producido nosotros mismos también.

J: Creo que siempre necesitas ese “postproductor” que lleve las canciones a otro lado, que vea las cosas que tú no estás escuchando.

A: Es otro punto de vista que ve cosas que tú no.

M: Cuando llega la canción dices: “¡Wow! Yo nunca pude haber hecho esto”.

J: O dices: “¿Qué es esta mierda?” (risas). La gran mayoría de las veces cómo confías en esas personas pues sale bien. RaYMaN hizo un gran trabajo con la banda y no tendremos ningún problema en hacerlo de nuevo y ni siquiera lo conocemos en persona. El sonido que puso en el disco nos encantó. El estaba fascinado porque era la primera vez que trabajaba con una banda, siempre ha hecho remixes. En las primeras mezclas tenia miedo, decía: “Ahí mezclé” “¡No pana! En tus remixes te vuelves loco” “Ah! ¿me puedo volver loco? ¡Disculpe!” (risas).

El eterno lenguaje secreto de Latinoamérica. Los ritmos como la cumbia, el son, el merengue, la guaracha…¿Cómo empezaron ustedes a consumir esta música en sus vidas?

“Esto es mio, los tacos son mios, y en E.E. U.U. no hay tacos….”

A: Venezuela es un país de mucha salsa y merengue, a la cumbia tardamos más en entrarle, si había pero no era tan presencial.

J: a lo mejor en Caracas…

A: Yo iba a un lugar buenísimo que era de cumbia y ballenato que se llamaba la TwoA, había de todo.

M: Es la misma raíz. Siempre ha existido pero igual nosotros no estábamos muy al tanto sobre que tan fuerte estaba.

A: Si se quiere decir con la música folclórica, nos pasó algo muy cómico, nos tocó leer un review de un grupo que se llama Corduroy, que en los 90 pertenecía al movimiento de acid jazz que nos inspiraba, hablar de un músico venezolano que se llama Bernardo Romero para saber que eso existía. Venezuela en una época siendo país petrolero con mucho dinero, se hizo un poco pretensioso y eso propició que valoráramos más lo que se producía afuera. Más al pendiente del funk y el disco que lo que se hacia ahí. Nuestra generación es la que empieza a rescatarlo, nosotros nos interesamos mucho en el folclor venezolano y latinoamericano cuando ya éramos músicos, pero no era algo que estuviera tan fuerte en nuestra cultura.

J: La fusión es inevitable, se está dando desde hace muchos años, y se va a seguir dando. Los músicos hoy en día voltean a muchas partes para buscar inspiración

A: Parte de la manera en que el mundo se ha configurado últimamente con la globalización y todo esto. Ha hecho que de cierta manera tener acceso a tanta información y poder tener a primera vista las diferencias de los países, nos haga reconocer lo que tenemos en nuestro país. Aparte es algo que a nosotros nos pasó cuando empezamos a vivir en los Estados Unidos, que valoramos más lo que tenemos en Venzuela. Cuando reconoces las diferencias como que dices: “esto es mío, los tacos son míos, y en E.E. U.U. no hay tacos….”

¿”Mentiras” es la canción incómoda de Los Amigos Invisibles? Los puso en la mira de mucha más gente y expandió el territorio para Los Amigos, pero al mismo tiempo se convirtió en la canción que escuchas en todos lados, literal. A mi mamá le gusta, lo que quiere decir que los ayudó a llegar a otro público.

J: Es lo que buscan muchos artistas, pero sin hacerlo a propósito.

A: Al contrario, justamente porque le ponemos mucha importancia al show en vivo y lo que nos motiva a seguir tocando es esa energía que nos transmite el show, estamos esperando el momento de tocar “Mentiras” para que la gente se prenda. Con “Ponerte en 4” pasa lo mismo.

Catire (bajo): Los músicos son los únicos que no quieren que su producto sea sold out, no quieren sentirse populares. Esas canciones tienen su dignidad porque traen mucha energía, la gente se alegra mucho.

Son una banda que le apuesta a un gran show en vivo. ¿Qué emociones despierta en ustedes estar arriba del escenario?

J: Cuando empezamos en Venezuela teníamos que ser una banda que cuida todo: la música, la puesta en escena, etc. porque sino, eres aburrido. Pegarse todo el viaje, el avión, la maleta, ¿para dar un mal show? No. Tengo gratos recuerdos de ver a The B-52’s en Venezuela y pensar: “Así quiero que la gente goce con mi banda”.

A: A mí me motiva la reacción del publico, busco provocar esa reacción durante todo el concierto.

Para terminar, les pregunté cuál sería la mejor frase para ligarse a alguien y cómo sería su pareja perfecta para ellos, aquí la repuesta: