El pop tiene un nuevo rey y se llama Justin Timberlake. Desde que escuchamos la primera parte de The 20/20 Experience, nos quedó claro que este cantante no solo logró sobrevivir al éxito descomunal de su pasado como solista, sino que supo cómo dirigir una nueva etapa en su carrera para construir un legado. Una secuela era inevitable, pero pocos imaginamos que llegaría tan pronto. En este disco, Justin Timberlake trata de capitalizar toda la atención que atrajo la primera parte y demostrar que es el número 1 en su juego.

Era de esperarse que Timberlake hiciera algo sorprendente para tratar de superar su, ya de por sí, impactante regreso. Después de todo, ahora forma parte de los amigos cercanos de Jay Z y algo le debe de haber aprendido sobre cómo cambiar las reglas del juego. Después de haber roto récords de ventas y haberse colocado en el primer lugar de ventas durante mucho tiempo, no era necesario que Justin hiciera algo así. Aunque no es el álbum más destacado en su carrera es un manifiesto y si da resultado, elevará la calidad de los artistas pop de nuestros tiempos.

“Take Back The Night”, fue el primer adelanto del disco y uno un tanto engañoso. Una gota más en el vaso del renacer de los 70 en pleno 2013 con la fuerza para ganarse uno de los últimos lugares como “canción del verano”. Sin embargo, el resto del disco es más parecido al FutureSex/LoveSounds, beats de hip-hop oscuros superpuestos a la voz de un crooner que derrocha elegancia y sensualidad en cada paso que da. Prueba de ello es “TKO”, el segundo adelanto que tuvimos del álbum. Después de mostrar su lado más sensible, en su nueva faceta como hombre de familia, en canciones como “Mirrors”, Timberlake regresa a su modalidad de ladies man sin piedad.

“Cabaret” es uno de los sencillos más fuertes de este disco, una colaboración con Drake, otra superestrella en ascenso de nuestros tiempo. No solo es acertada por el brillo de las estrellas que participan, sino porque logran una sinergia impecable. También destaca “Murder”, otra de las mejores muestras de agresividad de Justin. Canciones como esta hacen que la parte dos, más que una secuela se sienta como un preámbulo al lado romántico y devoto que mostró en la primera entrega del combo. Sin embargo, es muy similar al pasado que tiene con Timbaland, sin nada que le de un valor agregado. Por último “Drink You Away”, tiene “éxito de rocola” escrito por doquier, una guitarra de bar de carretera sirve como pista para que este gran cantante sufra por sus amores perdidos e inolvidables, la escucharemos mucho muy seguido y probablemente ya muy avanzada la fiesta.

2013 será recordado como el año de Justin Timberlake, pero The 20/20 Experience – 2 of 2 solo servirá para extender su tiempo bajo los reflectores. Aunque mantiene un alto estándar de calidad e incluso tiene sencillos que podrían entrar a lo mejor de su discografía, carece de un brillo único. Mientras que la primera parte construyó una nueva imagen para su futuro como superestrella, la secuela no brinda nada nuevo a la mesa. Así como en el cine, la secuela nunca será mejor que la original.