Después de dos años de trabajar en este disco, por fin Démonos el tiempo ve la luz. Este álbum marca un gran paso en la carrera del chileno Oddó, se nota una evolución importante en su sonido, ya que, tal como él dice “tiene mayor producción en los arreglos y en el estudio”. A pesar de que el disco estaba grabado desde hace un tiempo, Oddó quiso que se masterizara en Londres y eso retrasó la salida del mismo, sin embargo, nunca es tarde para una buena fiesta.

Démonos el tiempo está formado por diez canciones donde predominan los sintetizadores enfocados en la pista de baile. Aunque en segundo plano, las guitarras también juegan un punto importante en este álbum, riffs y solos levantan la mano y nos ayudan a disfrutar aún más. Démonos el tiempo comienza de gran manera con “Un poco más” y una línea de guitarra que los hará más que sólo mover el pie. Sigue la primera colaboración del disco, Li Saumet de Bomba Estéreo en “Podría matarte”, una vez más escuchamos los ganchos que nos atrapan y nos ponen de buenas.

Con “Démonos el tiempo” al lado de Cecilia Amenabar, la fiesta baja un poco y en lugar de bailar al ritmo de la música disco, bailamos pegadito mientras recuperamos fuerzas para lo que sigue. “Está bien así” regresa a los sintetizadores y ritmos upbeat, en esta canción, Oddó nos recuerda mucho a Alex Anwandter en su manera de cantar. De nuevo los ánimos bajan con “Raza”, aunque seguimos bailando despacito mientras esperamos en la fila del baño, lo que Oddó quiere es que no dejemos de mover el cuerpo ni un segundo.

Con las pilas recargadas, “Igual, no es”, nos vuelve a arrastrar a la pista de baile sin control, en esta ocasión el bajo es el culpable. “Contacto” está en el tracklist de Démonos el tiempo para mantener la fiesta a flote, sin embargo es la canción más floja del álbum. “Ahí vas” por el contrario, es menos festiva, pero más interesante, las líneas de bajo son dignos homenajes a la época disco. El combo final llega con “Al final” y “Sin título IV”, la primera termina la parte bailable y festival del disco, mientras que el gran cierre es melancólico y desalmado, como la resaca del día siguiente.

Oddó logra en Démonos el tiempo un sonido mucho más redondo, aunque repetitivo por momentos. Se nota el gusto por la pista de baile y se agradece que use instrumentos reales en lugar de sólo una laptop.