Aunque su papel como líder de la Iglesia Católica lo situaba en el centro de debates religiosos y geopolíticos, el Papa Francisco también cultivó un costado profundamente humano y sensible.

Su afición por el fútbol y su disposición para dialogar con figuras del espectáculo ya eran conocidas, pero una de sus acciones más emotivas permanecía en relativa discreción: su gesto hacia la familia de Gustavo Cerati, el icónico líder de Soda Stereo.

Tras el fallecimiento del músico el 4 de septiembre de 2014, luego de estar en coma durante más de cuatro años, el Papa envió una carta escrita a mano a Lilian Clark, madre de Cerati, en un gesto que marcó profundamente a la familia.

“Lo tuve muy presente y recé por usted y por su hijo”

En diciembre del 2014, durante una entrevista en el programa argentino Nosotros al mediodía, Lilian Clark reveló por primera vez la existencia de la carta. Al ser consultada sobre cómo la recibió, explicó:

“Yo le escribí y le pedí que rezara por Gustavo”. Poco después, llegó una respuesta firmada por el propio pontífice:

“Querida señora: En estas semanas la tuve muy presente y recé por usted y por su hijo.

Que el Señor la sostenga en su fortaleza y a él le conceda la paz más profunda.

Y por favor, no se olvide de rezar por mí, por lo que necesito.

Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide.

Cordialmente, Francisco”.

La emoción se apoderó del momento televisivo cuando la reportera notó que se trataba de una carta manuscrita:

“Qué fuerte, escrita de puño y letra”, exclamó. Lilian, visiblemente conmovida, añadió: “Me pone la piel de gallina, me la trajo un muchacho”, mientras mostraba la carta frente a las cámaras.

Más que una carta: una conexión familiar y espiritual

La relación epistolar no terminó allí.

Años después, tras la muerte del Papa Francisco, la hermana de Gustavo, Laura Cerati, compartió en sus redes sociales otra misiva enviada por el pontífice, esta vez a una familiar italiana de la familia, Ottilia, con motivo de su cumpleaños número 100.

“Hoy recordaba unas cartas que el Papa Francisco envió a nuestra familia. Dos de ellas iban dirigidas a mamá, a su lucha y entereza como madre. Ya las encontraré… Pero ésta se la envió a nuestra familiar Ottilia en Italia, que el año pasado cumplió 100 años. Les comparto”, escribió Laura en Instagram.

Estos gestos, alejados de los grandes actos públicos o los titulares religiosos, muestran una faceta íntima del Papa argentino: un hombre que no solo lideró espiritualmente a millones, sino que también supo llegar, con humildad y calidez, al corazón de quienes atravesaban un dolor profundo.