Texto por: Erich E. Mendoza @esemierich

Tras la derrota de la selección mexicana contra la brasileña en el mundial Rusia 2018, México huyó al único lugar de confianza y seguridad en donde podía encontrar consuelo (memes) y un dulce abrazo para sanar esas heridas:

Twitter

Sin embargo y en un contexto muy Roberto Gómez Bolaños, nadie contaba con la astucia de un ente en dicha plataforma que desde hace un tiempo para acá, además de ser uno de los mejores DJs y productores de la república mexicana, también se ha sabido consagrar como un maestro del cinismo y la sátira en Twitter:

@DrZupreeme

Pero, ¿quién es este personaje?

Zupremo o Zupreeme, es el 50% de La Banda Bastön, uno de los proyectos más importantes del hip-hop nacional contemporáneo que de la mano del sello Homegrown Entertainment y Alex Malverde, construyó un puente entre el público fanático del género y aquellos no tan conocedores que comenzaron a acercarse más y más.

En pocas palabras: un puente entre la raza true hip-hop y los fresas. O sea yo, por ejemplo.

El punto acá es que al ser un usuario verificado en Twitter, Dr. Zupreeme decidió cambiar su foto y nombre de perfil por la del Chicharito, haciendo lucir que esta cuenta era 100% legítima ya que con la palomita azul de Twitter incluida pues… ¿Qué puede salir mal?

Y de un momento a otro el público mexicano, herido por la derrota, se acercó a Twitter para encontrar en este “Chicharito Zupremo”, un pequeño espacio para desahogarse sin darse cuenta que de un momento a otro, habían convertido a Javier Hernández en el nuevo DJ de La Banda Bastön (o a Zupreeme en el nuevo favorito de la selección mexicana. Your choice).

Sucedió en México…

…y sucedió en EEUU.

Sucedió en el mundo del espectáculo…

…y sucedió en medios de alto impacto.

¡Hey! ¿Qué no eramos nosotros los del contenido click-bait que no revisaba fuentes?

En fin…

El resultado de esta hazaña quedó en un total de 2.053.311 millones de impresiones en la plataforma, además de 264,000 interacciones con el tweet.

A esto mis queridos lectores, sólo hay una forma de llamarle; si usted señor o señora, niño o niña, cayó en esta trampa, déjeme decirle que: