Todo artista tiene una “pata floja” en su catálogo y, en el caso de Metallica, muchos coincidirán con que se trata de ‘St. Anger’ (2003), su octavo material discográfico.

‘St. Anger’ fue un álbum que tenía un sonido muy diferente en comparación con la entrega anterior de la banda, ‘Reload’ (1997).

Llamó la atención de los críticos musicales y del público por su estilo de metal alternativo, la crudeza de la producción y por no tener solos de guitarra.

Fue una experiencia diferente para los fans, quienes lamentaron no poder escuchar la virtuosidad del guitarrista principal Kirk Hammett en este disco.

En una entrevista de Guitar World de 2008, James Hetfield reveló que los discos sin solos de guitarra no eran precisamente sus favoritos.

Aunque no escuchaba las canciones sólo por sus partes solistas, éstas ocupaban un lugar importante en las composiciones, según él.

Dijo que ‘St. Anger’ no era aburrido, pero que había una pequeña falta de sonido sin los solos, que describió como ‘unidimensional‘.

“Siendo cantante, hay muy pocas canciones que escuche sólo por los solos, pero el solo es la voz durante un rato. Y no tener ese elemento en ‘St. Anger’ fue algo -no quiero decir ‘aburrido’- pero hizo que el álbum fuera bastante unidimensional”.