Si al leer “Milli Vanilli” no hay nada que te venga a la cabeza, permíteme reforzar tu memoria con el siguiente sencillo:

(Y digo “reforzar” porque aunque no lo creas, esta es una canción que has escuchado miles de veces)

Probablemente por el coro, ya te acuerdes de algo, y es que en periodo del ’88 y ’89 la industria de la música se encontraba en un tóxico pero muy interesante auge de música pop, en el cual tanto la música como el artista podían ser factores desechables e incluso irrelevantes frente a la maquinaria de marketing detrás de esta misma.

¿Qué es lo que quiero decir con esto?

Que si alguna vez existió una etapa tan fría, plástica y surreal en la industria del “pop“, estos últimos dos años fueron la cúspide de dicha época y Milli Vanilli la cara de dicho momento.

No exagero al escribir esto, y es que este 2020 se cumplen ya 30 años de que los Grammys entregaran y luego revocaran un premio en la categoría de “Mejor Artista Revelación“.

¿La razón?

Los personajes que conformaban a Milli Vanilli eran Fab Morvan & Rob Pilatus, dos modelos que de músicos, al menos en ese momento, no tenían nada y que fueron prácticamente enlistados para participar en uno de los fraudes más sonados en la historia del pop.

¿Y cuál fue su “crimen”?

Milli Vanilli fueron el primer proyecto de reconocimiento mundial que fingió cantar, escribir y realizar su propia música, cuando en realidad existían otros cantantes, escritores y compositores detrás del proyecto.

Dígase que Fab & Rob sólo actuaban; eran las caras “bonitas” de un proyecto maquinado por Frank Farian (productor alemán quien ya en el pasado había logrado construir proyectos “falsos” como Boney M.), quien curiosamente después de haber aceptado que Milli Vanilli era puro humo, siguió con su carrera como productor de la manera más tranquila y exitosa posible.

Cosa que no sucedió con Fab & Rob…

Fue durante una presentación en vivo para MTV en el ’89, que Fab & Rob se enfrentaron a un problema en el “playback“.

Su hit #2, “Girl You Know It’s True“, se rayó durante la presentación por lo que básicamente se reveló que ninguno de los dos estaba cantando:

Después de eso, Frank aceptó lo obvio y Fab & Rob tuvieron que seguir su camino. Sin embargo, ellos sí enfrentaron múltiples demandas, fueron prácticamente vetados de la industria musical (al menos por casi una década) y, eventualmente, los Grammys les retiraron su premio.

Hoy cada quién siguió su camino e incluso, han vuelto a trabajar con Frank pero en otra sintonía completamente diferente.

Sin embargo, hagan lo que hagan, Milli Vanilli siempre será recordado como el parteaguas en una de las épocas más tóxicas de la industria musical en la que por un momento, a todo mundo “se le hizo fácil” verle la cara al público con tal de vender discos…

Y vaya, ¿para qué fingir? Esto sigue pasando. Quizás, es sólo que las disqueras se han vuelto cuidadosas…