Durante décadas, el vídeo de “November Rain” de Guns N’ Roses ha inspirado una mezcla de conmoción, asombro, intriga y un poco de desprecio. Una escena, en particular, sigue alterando a los espectadores y planteando la misma pregunta: ¿Quién es el infame saltador de pasteles?

Para los no iniciados, he aquí un rápido resumen del vídeo “November Rain”, que costó 1,5 millones de dólares: G’NR interpreta su épica balada de nueve minutos en un teatro repleto de público trajeado, flanqueado por una orquesta en el escenario. La actuación se intercala con imágenes de Axl Rose casándose con su novia de la vida real, Stephanie Seymour, en una capilla en medio del desierto. (La recepción de la boda se agrava cuando la lluvia de noviembre comienza a llover sobre los invitados, que corren a refugiarse, incluido un hombre que salta por encima de una mesa y atraviesa el pastel de bodas. La ceremonia se transforma abruptamente en un funeral para Seymour.

La identidad del saltador de pasteles ha desconcertado a los fans durante años. Algún tiempo se supuso que era Riki Rachtman, propietario del club nocturno de Hollywood The Cathouse y presentador del programa Headbanger’s Ball de la MTV. Pero Rachtman negó haber derribado el pastel en una reciente entrevista.

Daniel Pearl, quien trabajó como director de fotografía en la legendaria trilogía de vídeos de G’NR (“Don’t Cry”, “November Rain” y “Estranged”) dijo a Vice que la escena del pastel fue completamente espontánea.

Por su parte, el director del video, Andy Morhan, dijo que había eliminado la toma del salto cuando él y su equipo empezaron a editar el vídeo, pero que la reinsertaron a petición de Rose.

“Estoy de acuerdo con Daniel. A mí me parecía un poco demasiado gracioso. Pero luego le enseñé el corte a Axl y me dijo: ‘¿Dónde está el pastel? Me encanta el pastel’. Así que lo volvimos a poner”.

Vía Loudwire.

Así que, si Rachtman no es el infame saltador de pasteles, ¿quién es? La respuesta sigue siendo incierta. Un usuario sueco de Blogspot, llamado Jim, recordó que se subió a un tren en Malasia y se sentó junto a un hombre apodado “Slow”, que aseguraba haber hecho la escena. Sin embargo se trata de un rumor no confirmado y, por ahora, la identidad del saltador de pasteles sigue siendo un misterio.

Quizá algún día el héroe anónimo salga de su autoexilio y se atribuya el mérito de su desconcertante hazaña acrobática. Parafraseando a Rose: “Si se tomara la molestia de ponerlo en juego, podríamos descansar la cabeza sabiendo que estaba bien”.