Texto: @christianxrojas

Siempre que Trent Reznor anuncia nueva música tiembla la Internet. Así sea con Nine Inch Nails (ayer anticipó nuevo material en camino), como solista o con su proyecto How to Destroy Angels, todos nos impacientamos y necesitamos su música en nuestros oídos como una verdadera droga. Comenzamos a sudar.

Dos años después de su debut con How to Destroy Angels, acompañado de su su esposa Mariqueen Maandig, Atticus Ross y ahora con Rob Sheridan (originalmente director de arte de Nine Inch Nails), Trent decidió que su nuevo proyecto debe continuar y comenzó con la producción de un segundo EP titulado An Omen_, que desde su título nos remite al mundo de NIN (nótese el guión bajo ‘_’), lo cual se confirma con su portada que tiene el completo estilo de sus discos Year Zero (2007) y The Slip (2008).

Desde la pista uno, “Keep It Together”, la banda nos invita a su siniestro mundo y nos lleva de la mano a través de sonidos digitales bastante perturbadores. A diferencia de su EP debut (homónimo de 2010), la voz de Mariqueen se integrá mucho mejor con la mística de la música. Trent Reznor la acompaña enseguida. El EP avanza y adquiere tonalidades más grises con cada canción; el misterio es constante e intrigante. Siguen canciones como “Ice Age”, una verdadera obra de arte de siete minutos de duración que rescata los momentos de Nine Inch Nails que encontramos en clásicos como “The Frail” o “Corona Radiata”. En este momento, la neblina es muy densa.

Siguen “On the Wing” y “The Sleep of Reason Produces Monsters”, canciones que evolucionan hasta convertirse en escenarios que someten la mente y la ‘resetean’ al finalizar. Y la dupla que cierra este mini-album, “The Loop Closes” y “Speaking in tongues”, ven cómo los elementos que lo construyen comienzan a separarse lentamente. En resumen, son siete canciones atmosféricas que apenas distinguen la presencia de un beat que fácilmente remite a la época siniestra de Trent cuando produjo y publicó Ghosts I-IV.

An Omen_ EP de How to Destroy Angels es una pieza amorfa y futurista que tiene sus propias reglas para existir en perfecta armonía con nuestros sueños más oscuros. Es una producción con la cual, el ahora cuarteto, nos presenta una nueva versión de la música industrial. Posee una capa muy gruesa de minimalismo que casi no ve la luz. Trent Reznor y compañía han logrado compartir una experiencia sonora digna de escuchar con los ojos cerrados y en completa soledad.