“Pronto será posible, por ejemplo, que un hombre de negocios en Nueva York dicte instrucciones y que éstas aparezcan instantáneamente escritas en Londres o cualquier otro lugar. Este hombre podrá hacer llamadas desde su escritorio y hablar con cualquier persona en el mundo suscrita al teléfono. Solamente será necesario llevar un instrumento no muy caro, no más grande que un reloj, el cual permitirá a su portador escuchar en cualquier sitio, ya sea en tierra o agua, a distancias de miles de millas. […] una canción, el discurso de un líder político, el sermón de una importante personalidad religiosa, la conferencia de un hombre de ciencia, todos podrán tener una audiencia repartida por todo el mundo”
– Nikola Tesla, 1909.
No sé si me toque experimentar lo que estoy a punto de describir. Lejos de tratar de predecir el futuro, espero inspirar a alguien con mayor inventiva que yo. Amén.
Especificaciones básicas
- Deberá estar conectado al sistema nervioso y memoria del usuario.
- Tendrá acceso a toda la música y sonidos del mundo.
- El usuario deberá someterse a una sencilla operación para colocarle el dispositivo en el oído.
Sobre la selección musical
El reproductor comprenderá las emociones del usuario y las características de su entorno para convertir sus experiencias en listas con las canciones más apropiadas. Gracias a los niveles de dopamina, serotonina y endorfinas, podrá seleccionar el fondo musical para cada situación. No será necesaria la iconografía de “atrás”, “pausa” y “adelante”; la química del usuario será suficiente para determinar el shuffle.
El aprecio o rechazo de ciertos géneros se guardaran en la memoria del usuario, lugar al que tendrá acceso el reproductor para hacer más precisa su curación y de paso, mejorará la capacidad de recuerdo del usuario al colocar etiquetas y separadores musicales entre sus memorias.
Por las mañanas deberá despertar al usuario con una canción que conecte sus sueños con la realidad. Facilitará la transición con melodías suaves, esperando que llegue el día en el que los escuchas no distingan entre sus dos estados. ¿Cómo sería la vida si las personas se supieran a punto de despertar en cualquier momento?
En las noches funcionará de la misma manera.
Sobre la calidad de sonido y volumen
El servicio de streaming contará con los archivos de mejor calidad posible para la época. El usuario deberá pagar una cantidad determinada mensualmente que se distribuirá entre los artesas que consulte durante ese mismo periodo, otorgándole una mayor ganancia a aquellos que haya escuchado más veces o que le hayan generado emociones más intensas.
La intensidad del sonido del reproductor será determinado por el entorno del usuario, no por sus necesidades. De esta manera se evitará que las personas se distraigan por la música, disminuyendo el volumen cuando la situación lo requiera. Al mismo tiempo, esta función promoverá una mayor reflexión e interés por las canciones, pues cuando sea adecuado el volumen subirá y otorgará una ecualización personalizada que le darán al usuario una experiencia auditiva única.
Sobre la interacción entre usuarios
Este reproductor no tiene aspiraciones de red social, pero mejorará la comunicación entre personas significativamente: cuando los usuarios no encuentren las palabras adecuadas para expresarse o tengan algún sentimiento bloqueando su capacidad de verbalizar lo que deben decir, podrán enviar una señal especial al destinatario para que escuche una canción que lo explique todo. En caso de que la persona a la que se desea comunicar no sea usuario de este reproductor, la señal será disparada al sistema de sonido más cercano. Entonces la comunicación se reducirá a poner atención a la música y vigilar el lenguaje corporal de la otra persona: dónde pone sus manos, la curva que adquiere su boca (sonrisa o puchero) y la dilatación de sus pupilas.
Imaginen expresar un “me gustas” activando una melodía en la cabeza de alguien más.
¿Qué más debería tener el reproductor perfecto?