Este 2013, Tricky llega a su décimo álbum de estudio con el cual hace un célebre regreso a sus primeros días de carrera, aquellos en los cuales floreció el trip hop ejemplar de colegas como Massive Attack, Unkle, Portishead y ArchiveFalse Idols es una obra que demuestra las capacidades magistrales de Matthews Thaws quien, al mismo tiempo, encuentra muchas dificultades para reinventarse a casi 15 años de su álbum debut. Se trata de un conjunto de 15 canciones notablemente sencillas, creaciones fascinantes en su propio universo pero que, juntas, construyen un camino turbio y en ocasiones cansado.

Uno de los grandiosos aciertos en False Idols son las exquisitas melodías creadas por Tricky. El común denominador en el álbum es la estructura sencilla en cada canción, básicamente construida en dos pilares: una base rítmica totalmente sutil que nos acaricia delicadamente, y un ambientación tan sombría que intriga en cada momento, y hasta perturba con sus adornos sigilosos. No se podría esperar menos de este reconocido músico que está detrás de una de las obras maestras del género: Maxinquaye.

Tricky es también un músico prolífico y se conserva altamente productivo a sus 45 años. Prueba de esto es que el originario de Bristol, Inglaterra, entregó este año un álbum con 15 canciones (más los respectivos bonus tracks de cada edición especial), lo cual demuestra un despertar más prometedor comparado con lo que presentó en 2010 con Mixed Race, un disco bastante pobre de apenas 30 minutos de duración. Uno de los problemas con False Idols es que le sobran más de tres canciones, y en resumen, Tricky incluyó momentos más alegóricos como “Nothing Matters”, “Valentine”, “Is That Your Life” o “Hey Love”. Son de otra gama de colores que caben en otro momento de su carrera. Lamentablemente, cada una de estas canciones amenaza con darle stop al álbum.

Aún con sus flojos intentos de prosperidad, Tricky regresa fácil y constantemente a los momentos que nos importan. El 80% de False Idols tiene clase, elegancia y una producción de altura. Y, para fortuna del álbum, inicia con uno de los mejores temas: “Somebody’s Sins”; un pasaje totalmente siniestro que nos seduce directamente. Parecidos a éste, podemos encontrar el deleite con cortes como “Valentine”, “Parenthesis”, “Tribal Drums”, “I’m Ready” y “Does It”; fascinantes de principio a fin y totalmente hipnotizantes.

Aún con nueve álbumes detrás, False Idols puede convertirse en un clásico de Tricky, ya que, para su suerte, es un género que nunca pasará de moda y siempre será degustado a través de las generaciones, y este productor es hoy uno de los referentes. Así que sólo depende de ver cómo lo tratará el tiempo y esperar a que añeje dignamente, ya que este álbum subraya con determinación el pesado carácter del trip hop.