En 1995, Sir Arthur C. Clarke, el futurista y escritor de ciencia ficción más conocido por su novela ‘Una odisea del espacio’, presentó un documental televisivo sobre el descubrimiento en 1980 del Conjunto de Mandelbrot (Conjunto M). ‘Fractales: The Colors of Infinity’ nos adentra en el mundo de la geometría fractal, y pronto nos encontramos con lo que se ha llamado “la huella de Dios”, y con algunos de los descubrimientos más bellos de la historia de las matemáticas.
Según el principio matemático de autosimilitud una misma forma se repite a escala gradualmente más pequeña de manera indefinida, es decir: una forma idéntica dentro de la anterior y así sucesivamente. Hasta el infinito. Formas, ritmos, sonidos o trayectorias, porque todos estos fenómenos pueden descomponerse en estructuras autorreplicables, la principal característica de los fractales.
“Las nubes no son esferas, las montañas no son conos, las costas no son círculos y la corteza de los árboles no es lisa, ni los rayos viajan en línea recta”, dijo a finales de los 70 Benoit Mandelbrot, el matemático responsable de acuñar en 1975 el término fractal (del latín fractus, quebrado o fracturado).
Clarke narra la película de 54 minutos, que incluye entrevistas con importantes matemáticos, incluido el propio Benoît Mandelbrot. David Gilmour, guitarrista de Pink Floyd, pone la banda sonora. Es difícil imaginar una combinación más perfecta. ‘Fractales: The Colors of Infinity’ apareció por primera vez en Open Culture en 2010, lo que significa que hace falta un segundo visionado.
Las visualizaciones fractales atraen tanto al intelecto como a la imaginación, y la habilidad técnica y expresiva de Gilmour en la guitarra proporciona un excelente acompañamiento a cualquier observación de los coloridos, incluso psicodélicos, gráficos fractales.