Durante uno de los momentos más brillantes de Scratch (Doug Pray, 2001), DJ Q-Bert ofrece uno de los pensamientos más profundos de toda la cinta. Cuenta cómo imaginaba a los DJs del espacio exterior y a su sonido. “El planeta tierra es primitivo”, dice en entrevista “¿Qué hay de las civilizaciones más avanzadas? ¿Cómo suena su música? Lo que sea que hagan, esa es la inspiración de mis ideas”.

En ese mismo tenor, otros representantes del entonces avanzado movimiento tornamesista, Dan “the Automator” Nakamura, Kid Koala y el MC Del the Funky Homosapien, fundaron en el año 2000 uno de los grupos más interesantes en la historia del hip-hop alternativo. Crearon una mitología, una civilización futurista situada en el año 3030, en donde un superhéroe (Deltron Zero) combate a las corporaciones malignas y totalitarias que dominan la Tierra.

Eran tiempos en donde Internet se consolidaba como un medio imprescindible, y el hip-hop coqueteaba con el mundo de los cómics. MF Doom dominaba las calles con su Operation: Doomsday y el Dr. Octagon de Kool Keith era una institución dentro de los amantes del hip-hop. Dan the Automator, además de haber colaborado en la creación del personaje de Dr. Octagon, preparaba uno de los discos más importantes de la década pasada: el debut de Gorillaz. Ahí, trabajó con Del the Funky Homosapien en los dos sencillos más poderosos de la obra: “Clint Eastwood” y “Rock the House”. En el lado brillante, estaban los Gorillaz y sus icónicas animaciones; del lado oscuro, vivía la historia de Deltron.Pasaron 13 años para que ese proyecto viera la luz de nuevo. En el ínter, Nakamura dejó Gorillaz (y éstos alcanzaron su punto más alto con Danger Mouse), Kid Koala se embarcó en pulir—aún más— su elegante técnica detrás de los platos y el Funky Homosapien colaboró en todo tipo de proyectos (el más relevante, tal vez, fue Hieroglyphics). Hoy, tenemos en nuestras manos el Event II, la segunda entrega de esta hip-hópera futurista, plagada de glamorosas colaboraciones y pasajes casi cinematográficos.

Joseph Gordon-Levitt narra el inicio de la travesía. “Stardate” pone el tono de la historia. Desesperanzadora, apocalíptica y al mismo tiempo humana. El año es 3040. La sociedad sigue en su espiral de destrucción, causado por el desaliento económico. El dúo que en algún momento fue sinónimo de esperanza, compuesto por Deltron y el Automator, era una leyenda. Habían desaparecido, hasta ese momento… BAM. Comienzan los beats, la música de una realidad apocalíptica, los versos completan la atmósfera. Fecha estelar, 3040. ¿Qué pasó con el planeta? ¿Qué no se suponía que la tecnología era una herramienta para ayudarnos? Las ruinas de un sueño que vivimos en 2013, se ven aún más desoladoras —y cercanas— que las del sueño del 2000.

En su travesía, Deltron Zero y Automator se encuentran con amigos, viajeros nómadas y aliados rítmicos. Zack de la Rocha ruge en “Melding of the Minds”, mientras Deltron aclara que este álbum no es una secuela, es apenas la temporada 2. Las letras, además de construir sobre la narrativa ficticia, dejan ver un poco más sobre ese género que tiene más cosas que ofrecer que ególatras millonarios hablando sobre su fabulosa vida. “Cleverly disguised as a rap format, but actually a weapon against psychic attack”, el mundo está lleno de ataques psicológicos, el arma puede llegar a estar en la música. El álbum, plagado de ritmos funky y scratcheos de vieja escuela. “Back in the Day” hace guiños satíricos, en un interludio de la mano de los graduados de SNL, The Lonely Island, al hip-hop de Afrikaa Bambaataa, cuando los robots y los ritmos funky invadieron las calles por primera vez. “Antes de que el viaje en el tiempo fuera fácil, teníamos plutonio y mochilas propulsoras.”

Las colaboraciones más brillantes de Event II son predecibles, y sorprendentes al mismo tiempo. Mike Patton (que tiene oootro proyecto con Nakamura llamado Crudo) ofrece coros únicos, fantasmagóricamente pertinentes para el tema “City Rising From the Ashes”. La actriz Mary Elizabeth Winstead ofrece su voz como princesa en desesperación que presencia una batalla de rimas, y superpoderes. Hacia el final, nos encontramos con el track más entrañable de todos. La reunión de Dan “the Automator” y Damon Albarn es elegante, intensa y desoladora. Gorillaz apocalípticos, astronautas solitarios, una colaboración entre universos. “I’m gliding through the atoms”, se lamenta Albarn, mientras Del sentencia y pone el acento más importante de la obra: “Machines with artificial intelligence telling us our existence is not relevant”.

Tal vez ese sea el mensaje de este accidente revisitado, Deltron 3030, temporada dos. Un álbum, que a diferencia de lo que se puede inferir por la temática, es orgánico, lleno de instrumentos reales, voces humanas en un entorno artificial, ideas que hablan sobre civilizaciones más avanzadas. Es la verdadera virtud del hip-hop: sus formatos permiten comunicarnos con el pasado y el futuro, a través de rimas que revelan nuestro presente de forma auténtica y bella.