En la edición pasada de After School Radio, el podcast de Mark Hoppus de Blink-182, Dave Grohl reveló que en uno de sus muchos intentos por demostrar que es un “buen padre”, realizó el acto más costoso y estúpido que puedes hacer a la mitad de una gira: cancelar un show tan sólo para volar 1 día a casa y tener que regresar al final de la gira.
Sí, suena tonto, pero para Dave era una ocasión especial: el recital de baile de su hija Ophelia.
¿Lo peor? Grohl voló más de 20 horas en dos vuelos para por fin llegar a Los Ángeles, únicamente para que al llegar al recital de su hija, Ophelia le dijera: “Oh, ok pá. Bye”.
Ni siquiera fue un momento épico ó para recordar para ella; Grohl bien pudo haber esperado una semana a que terminara el tour, faltar al recital de su hija y todo hubiera sido exactamente igual.
Pero cómo el comenta, la cosa no terminó ahí; Dave agarró una infección estomacal en el camino de vuelta y todo el viaje lo pasó en el baño vomitando y con diarrea, siendo cuestionado si tenía ébola y sudando frío durante todo el vuelo.
Al final llegó a Australia, tocó en su show y al otro día se regresó a Los Ángeles para culminar en el acto padre-hija más innecesario de la historia.