Dicen que el crimen paga mal y según un estudio realizado en Estados Unidos, parece que esto es verdad. Según investigaciones realizadas en el vecino del norte, la brecha salarial entre el empleado menor pagado y el “CEO” en una organización criminal, es mayor que la existente entre los trabajadores y los patrones en las empresas legales. La relación, según el estudio, tiene una diferencia de 133 a 1, a favor de los líderes, claro está.

Aún con esta diferencia de ingresos, miles de personas siguen entrando al crimen organizado a través de las pandillas motivados por obtener un sentido de pertenencia y otros factores sociales. Lo más irónico de la situación, es que el crimen organizado allá, funciona como una especie de franquicia dónde una pandilla paga tributos o derechos a una agrupación mayor… justo el tipo de negocios al que muchos pandilleros, no desean ingresar por sentir que el trabajo es “indigno”, como trabajar en una cadena de comida rápida.  Vaya, que por lo visto la idea de volverse gansta y meterse al narco menudeo tiene más que ver un asunto social que con ventajas reales económicas, más si consideramos lo riesgoso que es.

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Vía: Mashable.com