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Robert Plant, John Paul Jones, Jimmy Page y John Bonham en vivo en NY.

Toda banda legendaria tiene detrás un concierto legendario. Es único, y determinó su carrera para siempre, además de establecer nuevos estándares para la música en vivo tanto de su época, así como del futuro a partir de este momento.

Así ocurrió con Led Zeppelin, un día de 1973, cuando la banda pisó el escenario del mítico Madison Square Garden, abarrotado hasta la última fila con miles de fans (y uno que otro curioso) los cuales no sabían que estaban por presenciar la presentación más perfecta de la banda. En aquel entonces, Robert Plant y compañía recién habían lanzado su quinto álbum de estudio, Houses of the Holy, el cual sucedió a su épico cuarteto de discos I, II, III y IV.

Se trataba el punto más alto en la carrera de Led Zeppelin y este concierto lo demuestra. Levantó tanto interés, que fue documentado para la posteridad. Hoy lo conocemos como The Song Remains the Same, el mítico concierto de Led Zeppelin en el Madison Square Garden, mismo que se repitió dos veces los días subsecuentes (la banda dio tres conciertos en NY).

Empaque del concierto 'The Song Remains the Same' de Led Zeppelin.

Empaque del concierto ‘The Song Remains the Same’ de Led Zeppelin.

The Song Remains the Same es un concierto perfecto por la pureza con la que cada miembro de Led Zeppelin ejecutó su instrumento. Es perfecto porque establece el punto más maduro de la banda, en medio de un contexto musical con una identidad decadente. Los sesenta habían pasado y muchos creían que al rock no le quedaba mucho tiempo de vida.

Pero Led Zeppelin lo salvaron, no solo con sus míticos álbumes que cambiaron la historia de la música, la banda lo hizo creando un lenguaje único que solo podía ser entendido en presentaciones como esta; conciertos en los que se podía ver a John Bonham convertirse poco a poco en un dios de la batería.

Se trata de un concierto perfecto por el setlist, que incluyó interpretaciones únicas de clásicos como “Since I’ve Been Loving You”, “Black Dog”, “No Quarter”, “Dazed and Confused”, “Moby Dick” o “Whole Lotta Love”. Y es perfecto porque, hasta el día de hoy, suena lleno de vigor.

Disfrútenlo a continuación.