¿Se tatuaron al supuesto amor de su vida en el brazo y ya los cortaron? Tranquilos, eso tiene solución. Quiten ese “recuerdo” que hasta hace poco era lo más preciado que tenían.

Para hacerlo, sepan que cuando se tatúan, están imprimiendo metal líquido a su dermis; o sea, la tinta en una capa muy profunda de su piel. Para removerla necesitan algo igual de poderoso: láser, y al ponerlo en su piel les va a llevar tiempo (y posiblemente más dinero del que ya invirtieron) para quitárselo.

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¿Moraleja? Sepan que un tatuaje es casi para siempre… y sí, se lo pueden quitar, pero no será tan fácil.