Atardecer en Coachella 2013. / Foto: Facebook de Coachella

Atardecer en Coachella 2013. / Foto: Facebook de Coachella

Texto: @christianxrojas

La última edición de Coachella concluyó el pasado 21 de abril. Decenas de miles de personas se llevaron a casa recuerdos para atesorar eternamente, además de poder pasarla como nunca en el desierto de California a 35 ºC, al mismo tiempo que escuchaban cientos de bandas repartidas en seis escenarios.

Después de tantas emociones vividas en los Empire Polo Fields, es momento de poner sobre la mesa uno de los temas que provocaron opiniones encontradas entre los que fueron y no a Coachella: los headliners.

Coachella, año con año, se caracteriza por tenernos en suspenso durante diciembre y enero, meses previos al anuncio del cartel oficial. Esta cultura de expectativa la han adoptado todos los festivales alrededor del mundo, como Lollapalooza, Bonnaroo, Glastonbury y muchos más. Es un fenómeno que no ocurría hasta hace pocos años. La razón es simple. Paul Tollet y su equipo de agentes han logrado construir carteles de ensueño con sorpresas que han hecho explotar Internet.

El festival creó una reputación gracias a adquisiciones como Pixies, BauhausTOOL (quienes tocaron en este festival por vez primera en cuatro años), RATM (quienes se reunieron en Coachella después de casi 7 años), Snoop Dogg & Dr. Dre, el debut de la pirámide de Daft Punk, y una larga lista de actuaciones sorpresivas que posicionaron paulatinamente a Coachella como EL festival del año, el más esperado.

El pasado 24 de enero, después de una dolorosa espera, finalmente apareció el cartel oficial de Coachella 2013. Entre muchas especulaciones (como David Bowie, Daft Punk, Justin Timberlake y algunas más), millones de personas abrimos el tweet de @Coachella esperando una enorme sorpresa. Pero no llegó. El cartel colocó a The Stone Roses, Blur, Phoenix y Red Hot Chili Peppers como los actos principales de la siguiente edición del festival. Lo siguiente es lo que puedo decir sobre cada una de estas presentaciones, después de verlas en vivo los pasados dos fines de semana.

The Stone Roses y Blur: ajenos en los EE. UU.

Definitivamente, ambos son grupos gigantescos en el Reino Unido. Son bandas pioneras en su género y parte muy importante de una generación que los ha seguido lealmente. Pero Coachella apostó mal. Que sean enormes en su país de origen no garantiza que tengan el mismo impacto en una ciudad a miles de kilómetros de distancia.

No es un tema de percepción, los números son claros. Cinco de los siete álbumes de Blur han llegado a la posición #1 de las tablas de popularidad de UK, y en Europa han sido certificados con discos de platino en más de 10 ocasiones. Este alcance se refleja en sus conciertos monumentales en el viejo continente. En los EE. UU. ninguno de sus discos ha llegado a la primera posición de las tablas de popularidad y no tienen certificación alguna. Esta baja penetración comercial se notó indudablemente en Coachella 2013, tal como lo explica Luis Del Valle en este artículo.

Blur en Coachella 2013. / Foto: Daniel Patlán

Blur en Coachella 2013. / Foto: Daniel Patlán

Con The Stone Roses es más obvio. Basta con mencionar su concierto previo a Coachella, precisamente en México, en el que la empresa promotora apostó por un lleno total en el Palacio de los Deportes, pero terminó sucediendo en el Pepsi Center WTC, un recinto con menos de la mitad de capacidad que el primero, y sin venta completa de boletos.

Antes de Coachella, Ian Brown y compañía solo habían tocado siete veces en los Estados Unidos, evidencia clara de que la banda no construyó una reputación firme como banda en vivo en nuestro país vecino del norte, y ni siquiera en el continente americano. ¿Por qué pensar que serían una buena elección para encabezar uno de los festivales más relevantes de América? Finalmente, la banda sólo tiene dos álbumes en su catálogo musical. Todos sabemos que en Manchester son titanes, hoy en día más por la nostalgia. Pero para para miles de personas en los EE. UU. sigue siendo una banda ajena.

Ian Brown de The Stone Roses en Coachella 2013. / Foto: Daniel Patlán

Ian Brown de The Stone Roses en Coachella 2013. / Foto: Daniel Patlán

Phoenix: los que no pidieron permiso

Phoenix es una fenómeno generacional, y esperemos que no sea temporal. Su sonido es pegajoso y se ha propagado rápidamente. Sus canciones son la combinación perfecta entre indie rock fresco y pop juvenil. Pero, como grupo, aún no dan el ancho para ser headliners de un festival como Coachella. La banda regresó en 2013 con la sorpresa de un nuevo sencillo, nuevo álbum y nueva gira. Pero no cualquier gira, de repente ya son la cabeza de una decena de festivales alrededor del mundo. ¿Cuándo ocurrió esta transición? Esta noticia resultó tan sorpresiva como cuestionable.

Retomo el argumento que utilicé con The Stone Roses y Blur: Phoenix no tiene la suficiente penetración comercial en los EE. UU. como para convocar masas ni generar emoción previa a una “histórica” presentación en un festival. Además, una banda que encabeza merecidamente un festival como Coachella debe tener la experiencia completa de haber llenado estadios en varias etapas de su carrera (uno de los foros más grandes que llenaron durante su gira pasada es el Palacio de los Deportes, no más). Es un espacio realmente privilegiado. Parece que Phoenix extrapoló la inercia con la que terminaron su gira del álbum Wolfgang Amadeus Phoenix y se colocaron en el trono sin cosechar dignamente este logro.

Todo ocurrió al revés. Phoenix debían consolidarse como líderes musicales de nuestra época después de agotar exitosamente su nuevo álbum Bankrupt!, no antes de que saliera a la venta, dejándonos a todos con la idea “¿Aún no sale el disco a la venta y solos se hacen llamar headliners?”.

En resumen, su presentación fue divertida pero no épica. El recurso de usar a R. Kelly no complementó ni arruinó su show en Coachella. Creo que todos deseábamos con todas nuestras fuerzas la entrada sorpresa de Daft Punk al escenario para convertirlo en un concierto inolvidable.

Flea de Red Hot Chili Peppers en Coachella 2013. / Foto: Facebook de Coachella

Flea de Red Hot Chili Peppers en Coachella 2013. / Foto: Facebook de Coachella

Red Hot Chili Peppers: tocaron para cumplir

Otro headliner desatinado de los promotores de Coachella 2013. Aunque los Chili Peppers sí dan el ancho para encabezar festivales en cualquier parte del mundo (y lo han hecho infinidad de veces), llegaron a Coachella después de haber recorrido casi todo el mundo con su último álbum I’m With You, gira con la cual llevan casi dos años. Con esta misma, ya habían pasado por los EE. UU. en incluso México un mes antes. Además, este disco es el menos exitoso en casi dos décadas, lo cual resta expectativa o emoción para una presentación en Coachella, festival que exige elementos distintivos y emocionantes. No hubo nada especial con los Red Hot Chili Peppers en el desierto.

Para poder cerrar el festival Coachella 2013 dignamente, después de dos noches con headliners fallidos, lo menos que podía ocurrir era una sorpresa, como una aparición de John Frusciante sobre el escenario, o un setlist completamente especial para la ocasión. Al final, solo tocaron para cumplir e hicieron del escenario principal una arena más de su I’m With You World Tour.

Al final, Coachella 2013 fue sold out

Lo que aprendimos este año del fenómeno Coachella, es que la edición 2013 no se vendió por completo gracias a los headliners. Más de 100 mil personas estuvieron determinadas a viajar a Indio sin importar cuáles bandas encabezarían el festival. La experiencia importó más que los nombres grandes. Los nombres medianos y pequeños del cartel agregaron mucha magia en cada día del festival. Al final, Coachella 2013 tuvo grandiosos momentos lejos del escenario principal, pero lo que verdaderamente distingue a este festival, en tema de curaduría excepcional, debe regresar en 2014.