La gran oportunidad de Chet Faker empezó cuando lanzó un cover a “No Diggity” de Blackstreet con Dr. Dre en YouTube. A partir de ahí el mundo volteó hacia Australia para conocer al misterioso hombre que había hecho esa canción. La idea de Faker era hacer grabaciones caseras y subirlas a su SoundCloud, nada más.

Cuando hice el cover de Dr. Dre, lo subí a YouTube y tuve un mail de un tipo que preguntaba si podía poner el track en su blog, así que se lo mandé. Fue la única vez que lo hice y se hizo viral. Me mandaban mails de publishers y disqueras todos los días, en seis meses ya me habían invitado a SXSW todo fue muy rápido.

En el principio, Chet Faker era un proyecto de alcoba que no tenía planes de salir a tocar hasta esa invitación a SXSW.

Inicialmente fue así, quería escribir mi propia música y expresarme, después saqué mi cover y ese fue el momento definitivo, la gente me invitó a tocar. Estuvo en el top de The Hype Machine, uno de mis blogs favoritos. A partir de ahí pensé en la posibilidad de hacer un acto en vivo y me di cuenta de que no tenía idea de cómo lo iba a hacer, pero una vez que lo logré, quise hacerlo siempre, me di cuenta que era lo mejor para el proyecto y me concentré en eso.

Inicialmente unos amigos me ayudaron, ensayábamos en un sótano con batería, bajo y guitarra. Nos pasábamos horas tratando de hacer que sonara igual al disco, las partes electrónicas fueron las más difíciles. No quería sólo tocar con una laptop como todo mundo, quería tener más variedad en el live show, mucha más instrumentación.

Después de tener dos proyectos antes, Atlas Murphy y Sunday Kicks, ¿qué aprendizajes has tenido que actualmente aplicas en Chet Faker?

Con Atlas (Murphy) era una cuestión más personal en la que yo escribía mis canciones y las tocaba en mi guitarra, no era muy formal, sólo cantaba y era muy sencillo, sin mucha producción. Con este proyecto (Chet Faker) quise hacer cosas súper simples también, canciones básicas y luego darles producción. En Sunday (Kicks) éramos tres y eso me enseñó que trabajo mejor solo, terminó bastante mal.

¿Cómo fue la experiencia de SXSW para ti?, pasaste de hacer música en tu cuarto a presentarte en un festival de esas dimensiones…

No estoy muy seguro de cuánto le ayudó a mi carrera en cuestión de exposición, pero cambió la manera en que hago música. Fue el primer festival en el que toqué en vivo y el sexto show en mi carrera. Tener la humildad de mi parte para conocer el gran espectro me tomó tiempo, me hizo darme cuenta de que esto es un trabajo y que tengo que trabajar mucho más, me impactó mucho.

¿Trabajas todas tus canciones en tu cuarto o cómo funciona?

Cuando hago una canción en las primeras etapas no pienso en qué quiero que la gente tenga o sienta, sólo es una expresión pura. Cuando estoy en un modo extraño no quiero hacer nada más que crear, me pierdo y me concentro en eso, es un proceso maniaco. En las etapas finales, cuando las termino, ya me concentro más. Quiero que la gente lo tenga de música de fondo durante sus actividades, hoy en día la gente se distrae mucho, quiero que lo usen para cocinar, leer o relajarse, al mismo tiempo quiero que lo escuchen y encuentren cosas que hay ahí escondidas.

La razón por la que escuchamos música es para estar en tal o cual mood, pero la música también debería complementar lo que hacemos no sólo lo emocional. No sólo pararnos frente a la bocina a escuchar, sino hacerlo cuando hacemos otras cosas.