El punk hoy en día está cómodo, dormido. Casi como si estuviera conforme, a gusto; como si nada le doliera más allá de una serie de corazones rotos y problemas existenciales.
En pocas palabras, el punk se ha vuelto vacío. Blanco. Muy blanco, si me lo preguntan.
Por eso es necesario que la vieja escuela vuelva a tomar el micrófono y nos recuerde cómo se hacen las cosas y Bad Religion, es esa voz necesaria para enfrentarse a una de las épocas más racistas de la historia moderna.
Y en una época en la que los derechos humanos deberían de ser algo tan normal como respirar, pero sencillamente parecemos olvidarlos ,Bad Religion nos golpea en la cara con una dosis de realidad titulada “The Profane Rights Of Man”.
En un mundo de punks de paga, siempre es bueno regresar a los viejos caminos y recordar que la rebeldía aún es necesaria.
¿Y respecto al nuevo álbum de Bad Religion? Probablemente ni ellos sepan. Sacan canciones cuando quieren, como quieren y si quieren… Dejémoslo ahí.