Pocos han sido los talentos que sobrevivieron de aquella camada a la que llamamos la “Nueva Escena Independiente Mexicana” por ahí de 2013 y 2014.

Wet Baes, en sí, proviene de la segunda corriente de talentos nuevos que comenzaron a producirse así mismos desde un contexto DIY. Sin embargo, y pese al éxito que alcanzó con sus primeros dos materiales, Andrés Jaime como piloto de su propia nave, jamás se vio satisfecho; jamás se sintió del todo “realizado” y entonces, tras haber lanzado su segunda producción, fue que entró en este estado espacial de separación de todos (la escena, los shows, los medios, el spotlight) para encerrarse en esta mothership llamada “Sagredo” y escapar de sí mismo.

Pero, ¿qué encontró?

Que las barreras sonoras que se había impuesto así mismo, no eran más que limitantes amateurs de un talento al que aún no le había verdaderamente explotado el potencial.

Wet Baes comenzó a producir nuevos tracks hace dos años, y, en ese proceso, llegó a la exacta meta de lo que buscaba como productor y artista.

Entonces, ¿qué pasó? ¿Por qué tardó tanto?

Porque descubrió que aún podía hacer más. Ahí fue cuando el viaje comenzó.

Para entender lo nuevo de Wet Baes, te tienes que imaginar lo siguiente:

Eres un astronauta al que envían a una misión a la luna. Vas, llegas, logras lo que te pidieron, pero, en ese proceso, descubres que tienes combustible para más; descubres que puedes llegar más lejos, alcanzar nuevas estrellas e incluso, aprender más de lo que te habías propuesto en tu misión original.

Entonces te vas.

Y te pierdes y te encuentras. Te descifras, te descubres, te deconstruyes, te vuelves a construir y cuando miras el rompecabezas, ya no eres el mismo.

Mi pregunta después de ‘Cosmovidencias 01’ es:

¿Realmente queremos a Wet Baes como artista?

¿O nos urge más como un productor velando por la calidad de sonido y el nivel de desarrollo in-studio de otros talentos mexicanos?

Y yo sé que la pregunta genera cierto grado de polémica pero, lo que logró con estos simples dos tracks, es un desplante del verdadero talento que los proyectos independientes mexicanos podrían alcanzar si de verdad se perfilaran por una calidad sonora más detallada y desarrollada dentro del estudio.

En conclusión, ‘Cosmovidencias 01’ es casi una oda a “2001: Odisea en el espacio”.

¿Por qué?

Porque Andrés inició buscando algo y, al final, terminó convirtiéndose en mucho más de lo que esperaba.

Incluso en ese sonido que mezcla diversas bases de jazz con increíbles arcos sintéticos que nos desprenden del “vaporwave” de sus inicios, y más que sumergirse en la vibra “ochentera” que solía tener, nos adentra a en un future-funk elegantísimo que trasciende al tiempo y espacio, gracias a la afinidad que tiene no sólo con un género, sino con varios.

‘Cosmovidencias 01’ podría utilizarse para crear canciones de rap, nu-R&B, soul e incluso, si nos regresamos a los 70 en Brasil, notarán que hay un cierto aire a la bossa tropical que se bañaba en psicodelia y también se separaba de las distintas líneas de tiempo.

Bienvenidos a bordo. Disfruten de este épico viaje interestelar por el cosmos de Wet Baes: