Ojalá existiera un auto que pudieran estacionar en el lugar más pequeño. No tendrían que sufrir por buscar dónde dejarlo… un momento. Sí existe y se llama Peel. Un coche de 41 pulgadas de ancho y 54 de largo. Es el más chiquito del mundo que inicialmente se construyó durante los sesenta. Por su tamaño y producción, hasta hace pocas décadas era caro y exclusivo de coleccionistas. Ahora unos emprendedores británicos lo han traído de regreso, inclusive con una versión eléctrica para que no contamine.

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La nueva versión es ligera, de sólo 136 kilogramos, y puede viajar a un promedio de 35 millas por hora. Olvídense de salir a carretera con él.

“Son construidos como auto de ciudad”, dice Dan Goldstone, gerente de la constructora de Peel. “Son pequeños, fáciles de estacionar, fáciles de conducir. Con que no se use y se vayan a muchas millas de distancia, estarán bien”, concluyó.

De sólo tres llantas, este auto será producido en edición limitada para que no pierda su valor. No todos podrán disfrutarlo.

Si su trabajo está cerca de su casa y no quieren caminar, el Peel puede ser la opción. ¿La bici? Es excelente, ¿pero no les pasa que también es difícil encontrar dónde estacionarla?