Después de tres álbumes con un sonido más orgánico, minimalista y acústico, Guillermo Alonso, músico, compositor y cantante argentino mejor conocido como Coiffeur, encontró una nueva fórmula para traspasar sus habituales fronteras, y esta se basa en sonidos más electrónicos, bailables, alegres y coloridos. Estos cuatro ingredientes conforman el común denominador en su cuarta placa discográfica Conquista de lo Inútil, con la cual hace oficial su ingreso a la prestigiada casa discográfica basada en Chile, Quemasucabeza.

Conquista de lo Inútil coloca a Coiffeur en terrenos donde el sonido es más sintético y ochentero, clara consecuencia del uso de aparatos electrónicos, en lugar de instrumentos musicales tradicionales. Desde la primera canción del álbum, “Damero” (primer sencillo que le conocimos a esta producción), las cajas de ritmo determinan el animado camino de las nueve canciones restantes; un sonido pop que recuerda a la creciente ola de artistas sudamericanos como Gepe, Dënver, Pedropiedra, Fakuta, entre otros.

Conforme avanza el disco, el sonido de Conquista de lo Inútil es claramente homogéneo, una de sus grandes virtudes, la cual aporta a una identidad más sólida de Coiffeur, del estudio para el mundo. Sin embargo, el talentoso artista argentino nos da un recorrido de distintas velocidades, con canciones que aceleran los ánimos, como “Simulacro (Segunda Parte)”, y otras con un toque más sensual, como “Christine” (canción que incluye fragmentos de poemas de Ricardo Mesina) u “Oxígeno”.

Con su cuarto álbum de estudio, Coiffeur evolucionó a un sonido más sofisticado, agradable desde su primera escucha y con voces suaves que enganchan sutilmente. Incluso con su divertida conclusión “Nudo”, una canción de corte más space disco, con toques de new wave que crece de manera delicada, al mismo tiempo que interactúa con una línea vocal pegajosa, uno de los distintivos de todo el álbum.

Aunque se trata de un disco que marca un notable cambio en su sonido, Conquista de lo Inútil no deja de mostrar el lado personal de Coiffeur, e incluso se da la libertad de estructurar elegantemente el álbum con el angelical intermedio “La piedra cúbica”, pieza que aporta cierta ligereza y, sobre todo, coherencia a la producción. Conquista de lo Inútil marca un claro parteaguas en la carrera de Guillermo Alonso, producción en el cual se le nota completamente cómodo e identificado.