Texto: Germán Sánchez (@mr_mutante)

Si pudiéramos imaginar la colisión de dos cosmos y su estruendosa sonoridad que no permite ni el más mínimo espacio al silencio y lográramos extraer, como muestra, una millonésima parte del choque, Surfing The Void no escatima en modestia, y bien, condensa los imaginarios sonidos de dicho cataclismo.

Para Klaxons, explorar los sonidos de un post space rock se convierte es una experiencia natural, porque si bien sus atmósferas no tienen nada que ver con lo contemplativo de un Ladies & Gentlemen We Are Floating In Space de Spirititualized o el Pink Floyd de Syd Barrett -tremendos para insuflar la epifanía de la calma después del big bang–  ellos son el caos y la estridencia del preciso momento de la explosión. Son el punto álgido de la función.

Después de tres largos años de haberse visto encumbrados con el reconocimiento que pueden tener los Mercury Music Prize en 2007 con su incendiario álbum debut Myths of the Near Future, para el cuarteto originario de la isla británica fue decisivo y necesario tomar este lapso de tiempo para definir el rumbo de su sonido, alejarse y aclarar la visión de lo que vendría. Una decisión acertada y honesta podemos decir ahora que tenemos en nuestras manos su segunda larga duración.

“Echoes” es el título de la canción con la que abre el disco y es como si nos dieran a entender que continúan sobre la misma línea creativa y que las melodías con las que reventaron las pistas en 2007 aún encuentran resonancia en este 2010. La misión: no dejar algún espacio en blanco, cubrirlo todo con brillantes colores y su festiva sonoridad. No pretenden desperdiciar un milímetro de lienzo. El resultado: una colección de diez temas que a lo largo de poco más de treinta minutos nos envuelven sin darnos tregua con capas y capas de sonido, sintetizadores, distorsión y una potente batería, bajo una excelsa producción a cargo de Ross Robinson (Korn, At the Drive In, The Cure).

Ya hacia el final, en la penúltima canción de nombre “Future Memories”, nos brindan ese advenimiento de un futuro en el que los recuerdos permanecen atemporales, sin poder discernir si navegamos en el vacío o simplemente estamos inmersos en un cíclico recuerdo del futuro infinito, donde Surfing the Void permaneció, permanece o permanecerá adherido.

Una obra redonda, completa y constante que sin ninguna animadversión podemos escuchar de inicio a fin es la que nos entregan los Klaxons. Algo que, para la forma de desarrolarse la escena musical en nuestros días, debemos agradecer e incitar para que siga sucediendo. Estamos hartos de bandas que se enfocan en uno o dos temas y el resto es mero relleno. Afortunadamente, estos muchachos no son de esa camada y aún se esfuerzan por crear obras enteras.

Mejor canción: “Flashover”

La decisión en definitiva es complicada, es una obra completa concebida como un todo. Tal vez podríamos destacar “Flashover” la cual nos engancha con su sincopada batería, sus trepidantes progresiones y precisos cambios de ritmo.