Sharin de The Raveonettes con Martin Klingman de Gliss.
El día anterior a su presentación, la banda anunció malas noticias a través de sus redes sociales. Debido a complicaciones por una cirugía, Sune no podría viajar a México, se quedaría a descansar en Los Ángeles. Entonces se tomó la decisión de que Sharin vendría a México para presentar un set acústico de The Raveonettes y que recibiría ayuda de Martin Klingman de Gliss.
Fue así que la noche se convirtió en una doble función, primero llegó el turno de Gliss.
Melodías pop repletas de atmósferas ruidosas con poderosos bajos y sintetizadores que retumbaban en todo el recinto de la Condesa. Sólo había dos integrantes del trío, pero la versión reducida de su espectáculo sirvió como una prueba del gran talento de la banda. Si así suenan con sólo dos integrantes, me imagino que con la versión completa debe ser brutal. Su set fue corto pero sirvió para apaciguar a los que tenían ganas de escuchar lo más ruidoso del catálogo de The Raveonettes. Dejaron el escenario y en cuestión de minutos Sharin estaba lista para el Plaza.
El concierto inesperadamente se convirtió en una especie de combinación entre Storytellers y Unplugged. Antes de iniciar, Sharin dijo “It’s gonna be The Raveonettes like you’ve never heard them before” y así fue.
El set comenzó sólo con Sharin y “Oh, I Buried You Today”, una emotiva versión que dio pie a que Martin Klingman subiera al escenario para acompañarla con coros y otra guitarra acústica. Así sonaron “Love in a Trashcan”, “She Owns the Streets”, “The Enemy” y más.
Un momento muy emotivo fue cuando tocaron un cover a “Sunday Morning” de The Velvet Underground que Sharin terminó dedicando a Lou Reed. “Somewhere in Texas” fue pedida a gritos por el público desde el inicio del set, así que cuando fue tocada casi al final era de esperarse que la audiencia se volviera loca.
La selección acústica fue muy interesante, pero los mejores momentos llegaban entre canción y canción cuando Sharin se convertía en una cuenta historias que hablaba de todo, desde Sune hasta The Velvet Underground, la maldición de The Raveonettes en México (en muchas de sus visitas algo termina saliendo mal) y su encanto por el público mexicano.
La audiencia respondió con la misma calidez, y muchas veces acompañaban a Sharin con aplausos, pero lo más impresionante es que no había nadie platicando. Todos estaban prestando atención al escenario, disfrutando un concierto íntimo que probablemente nunca se repetirá. Sharin prometió regresar con toda la banda y Sune, pero mientras nos quedaremos con el recuerdo de un set muy especial.
