El tecladista de Primal Scream, Martin Duffy, quien también actuó con The Charlatans, ha recibido un sentido homenaje tras su muerte a los 55 años de edad.
La noticia fue confirmada por el líder de The Charlatans, Tim Burgess, y el fundador de Creation Records, Alan McGee, quien fichó a Primal Scream para su sello en la década de 1980. El vocalista Bobby Gillespie compartió posteriormente un conmovedor homenaje.
Duffy murió el domingo tras sufrir una lesión cerebral después de una caída en su casa de Brighton, dijo Gillespie, describiendo a su amigo y compañero de banda como “un alma hermosa” y su “hermano del alma”. Murió el mismo día que Terry Hall, líder de la banda de ska The Specials.
“Más noticias tristes”, escribió McGee en Instagram. “Martin Duffy se ha ido… un tipo encantador, muy triste”.
Duffy, quien creció en Birmingham, se unió a la banda de indie-pop Felt cuando tenía 16 años, antes de sumarse más tarde a Primal Scream de Gillespie, pasando de ser miembro de tiempo parcial a integrante oficial de tiempo completo.
Formó parte de la alineación cuando la banda publicó su tercer álbum, ‘Screamadelica‘, en 1991, su primer éxito comercial y ganador del Mercury Prize inaugural al año siguiente.
El músico también intervino de último momento para tocar con The Charlatans cuando telonearon a Oasis en Knebworth en 1996, tras la muerte de su tecladista Rob Collins en un accidente de auto unas semanas antes. También ayudó a terminar el quinto álbum de la banda, ‘Tellin’ Stories’, que se estaba grabando ese año.
Rindiendo homenaje a “un verdadero amigo”, Burgess describió la muerte de Duffy como “otra trágica pérdida de un alma hermosa”.
En un emotivo homenaje compartido en la cuenta de Instagram de Primal Scream, Gillespie escribió:
“Todos en Primal Scream estamos muy tristes. Conocía a Martin desde que era un adolescente en Felt. Tocó los teclados en todos nuestros álbumes, desde el primero hasta el último. Finalmente se unió a la banda en 1991”.
“Martin era un personaje muy especial. Tenía un amor y una comprensión de la música a un nivel espiritual profundo. La música lo era todo para él. Le encantaba la literatura y era muy culto y erudito. Un autodidacta. Un pensador profundo, curioso sobre el mundo y otras culturas. Siempre visitando museos en cada ciudad que tocábamos o buscando piedras neolíticas en lugares remotos. Opinador y obstinado en sus puntos de vista”.
