Kurt Cobain es una de las figuras más emblemáticas de la historia del rock. Gracias a su oscuro lirismo y a su genial capacidad para componer un himno, Cobain consiguió galvanizar a toda una generación y consolidarse como portavoz de la Generación X.

Sin embargo, este papel no era una posición en la que se sintiera cómodo, ni tampoco en el nivel de fama que la banda alcanzó tras el lanzamiento de “Smells Like Teen Spirit” en septiembre de 1991. Ambas cosas se han atribuido al suicidio del líder de Nirvana, confirmándolo como la estrella de rock más humilde que el mundo haya visto jamás.

Sin embargo, una de las virtudes más aplaudidas de Kurt fue su mentalidad trabajadora y su incesante dedicación para alcanzar la iluminación artística. Cobain siempre defendió este sentimiento, y fue gracias a esta dedicación que Nirvana fue capaz de sortear numerosos cambios de formación y de nombre y, finalmente, firmar con el sello local de Seattle, Sub Pop, lo que realmente les puso en el camino de la grandeza.

Mostrándole dedicación a su oficio, Kurt Cobain aceptó una serie de trabajos ocasionales para financiar la incipiente carrera discográfica de Nirvana. Uno de los puestos que ocupó fue, durante un breve periodo, el de conserje en su antiguo colegio, el Aberdeen High School. Durante este periodo, alquiló un piso en N. Michigan Street, donde se escribieron muchos de los primeros temas de la banda.

“Era un hombre que nunca limpiaría su cocina o sacaría la basura, o haría ese tipo de tareas, pero Kurt Cobain no era una persona perezosa”, recordó el bajista de Nirvana Krist Novoselic. “Básicamente, limpiaba retretes: así pagó nuestro primer demo”.

Vía Far Out Magazine.

Si sientes que Nirvana y los conserjes del mundo están relacionados, es porque lo están. ¿Recuerdas al conserje que baila en el vídeo de “Smells Like Teen Spirit”? Era una referencia al antiguo empleo de Cobain. Un hombre que nunca olvidó de dónde venía, sigue vivo a través de humildes anécdotas como éstas.