Se conocieron en una clase de croché, hicieron una banda, salieron de gira por el mundo, abrieron conciertos de Muse, Yeah Yeah Yeahs y Soundgarden sin tener un disco publicado. Una pelirroja, la otra rubia, ambas letales. Thelma & Louise reencarnadas, se hacen llamar Deap Vally y acaban de publicar uno de los debuts más destacados del año.

Sistrionix es una declaración de independencia, dos mujeres contra el mundo sin importar lo que se cruce en su camino. Blues y rock de vieja escuela tan potentes como un combo guitarra y batería puede sonar. Julie Edwards y Lindsey Troy rinden tributo a múltiples generaciones de mujeres al frente en la música, desde Joan Jett, hasta Karen O, pero logran sacar una voz propia a gritos enfurecidos, canciones incendiarias.

“Gonna Make My Own Money” es el ejemplo más claro del combustible que enciende a Deap Vally. A una de ellas le inculcaron que debía conseguirse un esposo con dinero, pero mejor decidió hacer su propio camino. De letra sencilla, pero con el potencial de volverse un himno. Deap Vally apuntan a ser un estandarte del feminismo, gozan de su sexualidad y la usan para provocar, pero no dependen de eso para salir adelante y destacar, son dos mujeres abriéndose camino en un mundo que en varios sentidos, aún pertenece a los hombres.

Con “Walk of Shame” demuestran qué clase de chica son. No les importa ser vistas con la misma ropa del día anterior, no les importa nada en verdad, solo disfrutar. Esto llega al límite en “Bad for My Body”, hacerte mal para pasarla bien, ideal para los que sueñan con una vida sin consecuencias.

El disco cierra con “Six Feet Under”, canción en la que desahogan su pasión por la psicodelia en las vertientes de Led Zeppelin y Grateful Dead. Es el track más largo del álbum y en el que logran romper lo que de otra forma sería un trabajo monótono. Dejaron lo mejor para el final, una sola pieza que muestra el rango de posibilidades que se pueden alcanzar con guitarra, batería y cuanta distorsión puedas encontrar.

Lo más emocionante del álbum debut de Deap Vally es que es el capítulo 1 en su historia. Es un disco sucio, en el que dejaron errores grabados a propósito, en el que gritan, tocan frenéticamente y expulsan todo lo que habían preparado para un momento tan importante en la carrera de una banda. Difícilmente volveremos a escuchar canciones tan honestas de este par, pero aún así hay muchas razones para tenerlas en la mira. Otros dúos como The Black Keys y The White Stripes, evolucionaron desde la misma crudeza para conquistar los escenarios más grandes del mundo. ¿Deap Vally? Prometen, sin duda.