A partir del 2015, Reynolds American Inc., los fabricantes de los cigarros Camel, prohibirán que sus trabajadores fumen en sus instalaciones. Esto quiere decir que ni en su lugar de trabajo, ni en el elevador, ni en el pasillo, ni en ningún otro lugar, se podrá aspirar ese hermoso humo de tabaco.

Si alguien entra con una pipa, un cigarro, un tabaco, etcétera, no lo van a dejar pasar. Pero calma, al menos sus altos directivos permitirán que se pueda “cigarros electrónicos”. Algo es algo. De hecho en las fábricas, por más irónico que parezca, ya no se permite el uso de cigarros.

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No todo es fatalidad. La empresa piensa construir áreas para poder fumar. Esperamos que sus trabajadores vean el lado bueno: sus empleadores se preocupan por su salud.

Vía The Star