La primera vez que escuché algo de Ibi Ego fue por ahí del 2007-2008, cuando Myspace era EL lugar. Me llamaron la atención sus sonidos electrónicos con un bajo firme y filoso, además, la voz de su vocalista me parecía interesante. En aquel entonces las grabaciones, que si no mal recuerdo eran “Spy” y “1998”, eran demos que la banda subió a su perfil. Pasó el tiempo y nunca supe nada más de ellos.

Varios años después, me encontré de nuevo el nombre gracias a Dani Shivers, proyecto de You, bajista y vocalista de Ibi Ego. Cuando la conocí me contó que Ibi Ego no estaba muerto y que estaban trabajando en su disco debut, incluso me compartió una canción del disco: “You & Me vs. The Sea”. Un año después volví a platicar con ella y me dijo que el disco saldría con Discos Tormento (disquera independiente de la Ciudad de México). Después de mucho (muchos) años de trabajar en este disco, Ibi Ego (por fin) estrenaron su debut MCMXCVIII.

MCMXCVIII está compuesto por diez canciones que crean atmósferas dentro de las que podemos perdernos sin ningún problema; como un portal donde el tiempo no pasa. Desde la primera (“You & Me vs. The Sea”) hasta la última (“Everything Crashed (The Night I Ran Away)”), el disco navega por un espacio sonoro dominado por los sintetizadores y la voz de You, así como dentro de una bipolaridad que va desde el júbilo en la primera canción hasta la melancolía en “Bon” y “Shadows”. Quizá uno de los pocos momentos flojos son los versos de “Muérete”, donde la voz se escucha poco trabajada, incluso parece que fuera un demo; en el coro todo se compone.

De primera estancia se podría describir el sonido de varias canciones como de 8bits, más por la portada del álbum, sin embargo, vale mucho la pena clavarse en las texturas de cada canción. Gabriel y David son grandes productores y músicos que junto con You han llevado su sonido más allá del común denominador mexicano y sin necesidad de guitarras. Ibi Ego transmiten emociones con la misma intensidad y frenesí que cualquier acto clásico y tradicional de rock. Lo que era una leyenda urbana ahora es realidad, sólo esperamos que no se quede en un buen disco y se pongan a trabajar con mucha más determinación que en los últimos diez años (los cuales cumplen este mes de septiembre), ya que MCMXCVIII es un material que tiene que ser tocado en vivo y exprimido hasta la última canción.

Es tiempo de recuperar el tiempo invertido chicos.