Pasaste 12 horas en la fila de tu compañía telefónica. Aceptaste un plazo forzoso de 14 años. Renunciaste a comer diario porque, total, ¿qué es eso comparado con ser de los primeros en tener un iPhone 6, no? Lo cuidas como a un hijo, a un frágil y delicado hijo, ¿te imaginas verlo caer 12 pisos hacia su inminente destrucción? Pues así le pasó a este chico, al que seguro se le fueron al cuello (las tripas, claro) al ver a su adorado dispositivo volar por los aires.

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Pero, más allá de los golpes de la carcaza y el cristal hecho añicos, el dispositivo parece estar en buenas condiciones. Mira, que tampoco los hacen tan mal. ¿Te atreverías a probar el tuyo?

Vía: tuaw.com