Cuando alguien toma de referencia el primer disco de una banda para describir su sonido, generalmente no logra cubrir los distintos elementos que con el paso del tiempo evolucionan, cambian o crecen. En el caso de Sleigh Bells, el regresar en el tiempo y recordar su álbum debut de 2010 es sólo una referencia para desmenuzar los sonidos que con su nuevo disco tratan de meternos en la cabeza. Como siempre, las guitarras distorsionadas y la saturación es lo que llega primero a nuestros oídos, aunque en esta ocasión se intentan mezclar con estructuras alternativas y elementos diferentes que a veces logran su objetivo y otras veces no.

El primer disco de Sleigh Bells es la base de este Bitter Rivals, se trata de un trabajo en el que la vocalista Alexis Krauss y el guitarrista Derek Edward Miller regresan a lo que fueron al principio: aquel dúo que logró marcar una línea muy delgada entre el pop y el rock. La insistente comparación con el primer disco viene simplemente porque Reign of Terror, el álbum pasado, fue más bien un intento por evolucionar y dar un paso más adentro en el mundo de las melodías pegajosas sin dejar de lado las distorsiones. Sin embargo, esta nueva entrega es una especie de continuación en el sonido con el que el dúo apareció por primera vez.

Aunque dentro del tracklist hay canciones como “To Hell With You” y “You Don’t Get Me Twice” que se apegan a la cara más melódica de Sleigh Bells, su nuevo álbum es una recopilación de los sonidos distorsionados y los sintetizadores sucios que el dúo ha sabido mantener. Por otro lado, “Sing Like a Wire” y la misma “Bitter Rivals” son un ejemplo del poder que tiene el dúo pero que al mismo tiempo no goza de una evolución, es por eso que el elemento sorpresa no es precisamente el distintivo de Bitter Rivals.

Musicalmente, el disco es bastante explosivo e incluso seductor. Su lista de diez canciones que en ningún momento rebasan los tres minutos y medio, lo hacen ligero y fácil de escuchar. “Sugarcane” y “Minnie” son de los cortes más energéticos del disco y con los cuales nos dan ganas de ver al dúo en vivo. Hay que decirlo, aunque el regreso de Alexis Krauss y Derek Miller este 2013 no sea con el mejor disco en su carrera, tuvieron la fortuna de cerrarlo con “Love Sick”, una canción que bien podría ser su mejor momento y que le da significado al diamante en bruto que aún es Sleigh Bells.